Una votación popular organizada por SEO/BirdLife pone el foco sobre esta especie común, en preocupante declive.
De nuevo un pájaro común, esos que acostumbrados a ver en entornos rurales y urbanos, se ha ganado el poco recomendable distintivo de Ave del Año, la campaña de comunicación que organiza desde 1988 la sociedad científica y conservacionista SEO/BirdLife. El vencejo ha sido el ganador en este recién estrenado 2021, con el 49,48% de los votos, frente a dos especies que ya han sido finalistas en otras ocasiones: el alcaudón real (27,15%) y el aguilucho cenizo (23,27%).
Que te elijan Ave del Año es una mala noticia: significa que eres una especie cada vez más escasa y que urgen medidas de protección y conservación. Es el caso del incansable vencejo común, que ha perdido el 27,2% de sus poblaciones desde 1998, según los datos de SEO/BirdLife. «El objetivo es poner el foco sobre una especie que necesita una atención especial bien por su mal estado de conservación o bien porque simboliza la urgencia de proteger los hábitats que la acogen y frenar las causas que están originando su estado desfavorable de conservación», explica esta organización.
«El vencejo se suma a la ya larga lista de aves comunes, las que nos han acompañado siempre en nuestros barrios y pueblos, que sufren un declive poblacional. Que veamos menos gorriones, menos golondrinas o menos vencejos no es anecdótico sino una poderosa señal de alarma clara de que afrontamos una crisis ecológica sin precedentes que nos debe obligar a repensar nuestra relación con la naturaleza. El actual modelo de desarrollo no funciona, no está preparado para afrontar los dos grandes desafíos que tiene la humanidad y cuyos efectos estamos notando ya: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad», afirma la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Crisis de biodiversidad
Y añade: «La actual crisis global que vivimos exige un nuevo enfoque en la conservación de la naturaleza, e ir más allá de la protección de las especies más amenazadas y los espacios de mayor interés a modo de islas de naturaleza. La nueva realidad obliga a integrar la conservación de la naturaleza con el desarrollo de las actividades humanas y los lugares donde vivimos y trabajamos. El vencejo común va a permitir que la sociedad entienda que tenemos que cambiar el modelo si no queremos que nuestros cielos se queden sin voz».
La forma de vida de los vencejos es asombrosa: «Estas aves se han adaptado de tal forma a la vida en el aire que pueden pasar hasta un año sin posarse en ningún momento, comiendo, bebiendo y durmiendo mientras vuelan de forma ininterrumpida. Únicamente en el momento de nidificar requieren posarse, algo que siempre harán en las alturas, habitualmente en edificaciones, ya que tienen serios problemas para remontar el vuelo en caso de caer accidentalmente al suelo. Es, por ello, un ave migratoria muy ligada al medio urbano y muy cercana a los seres humanos, y sus pueblos y ciudades«, recuerda SEO/BirdLife.
Tanto los vencejos comunes como los pálidos vuelven año tras año a criar en los mismos edificios. En ocasiones, al llegar desde África, se encuentran con sus zonas de cría destruidas por obras de rehabilitación, o incluso sucede que las obras comienzan con los vencejos en el interior de sus nidos. «En estas situaciones se observa la desesperación de los vencejos adultos por encontrar la desaparecida entrada a sus nidos», advierte SEO/BirdLife.
Protección de nidos
«Esta amenaza para la especie se puede evitar fácilmente con un buen conocimiento de sus lugares de cría y directrices de actuación para los propietarios de los edificios, arquitectos, aparejadores y administradores de fincas, para que eviten las obras durante el periodo reproductor y conserven los huecos que utilizan para criar en las rehabilitaciones, e integrando en los edificios rehabilitados nidales artificiales que ofrezcan una alternativa a los lugares de cría desaparecidos«. De hecho, en previsión del deseado aumento de las rehabilitaciones de edificios para mejorar su consumo y eficiencia energética que veremos en los próximos años, la organización conservacionista considera especialmente importante poner en marcha este tipo de medidas.
«De esta manera, se contribuirá a que la transición ecológica en España sea modélica. En algunos países y ciudades ya existen requerimientos legales que deben cumplirse en cualquier obra que pueda afectar a la biodiversidad urbana, sin duda uno de los retos en los que debemos avanzar en nuestro país«, insiste SEO/BirdLife.
Los vencejos están protegidos a escala estatal (Listado de Especies en Régimen de Protección Especial) y también a nivel internacional (Directiva de Aves y Convenio de Berna), al igual que sus nidos, pollos y huevos. Una de sus principales amenazas es la destrucción de sus lugares de cría. La eliminación o destrucción de nidos de aves protegidas es una práctica prohibida por la legislación española, europea e internacional.
«El año del vencejo colocará a la biodiversidad urbana en el centro de la acción de SEO/BirdLife, que viene trabajando en esta línea desde hace una década. Es preciso naturalizar los barrios y pueblos, en todas sus dimensiones, con el objeto de convertir los espacios en los que vivimos y trabajamos en aliados frente a la pérdida de biodiversidad y el cambio climático y, con ello, en herramientas que mejoran nuestra salud y nuestra calidad de vida. También será necesario trabajar en el campo, especialmente en la reducción del uso de plaguicidas y fertilizantes, tanto en el medio natural como en los entornos urbanos, para mejorar el estado de conservación de los insectos, de los que se alimentan los vencejos y otras aves insectívoras. Sin bichos, no hay vida«, recuerda Asunción Ruiz.
Fuente: La Verdad
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