El turismo de naturaleza ha emergido en España en plena crisis, y muchas de las actividades económicas ligadas a los recursos naturales han conseguido consolidar sus cifras de negocio precisamente durante los últimos años
De hecho, la recurrente pregunta de cómo ha afectado la crisis económica a su actividad sorprende a muchos de estos emprendedores «verdes», porque no han conocido otro ciclo económico que no sea el de la recesión.
Para el biólogo y empresario del sector Carles Santana, las posibilidades del turismo de naturaleza en España son «enormes» porque la riqueza biológica es también «enorme», y ha insistido en que todas las empresas del sector tienen asumido que su actividad tiene que repercutir en beneficio de las economías locales.
Si el auge del turismo rural propició hace ya varias décadas el nacimiento de una oferta centrada en los deportes «de aventura» (barranquismo, senderismo, rutas en 4×4 o bici de montaña), hoy son las actividades «naturales» las que atraen a miles de turistas de todo el mundo y las que actúan como motor económico de muchas zonas rurales al dinamizar otros sectores.
Avistar aves -aunque para conseguirlo haya que encerrarse durante muchas horas en estratégicos «hide» (escondites camuflados)-, fotografiar orquídeas únicas que florecen durante muy pocos días y en lugares muy específicos, o programar estancias para conocer y contribuir a programas de conservación de especies emblemáticas son algunas de las nuevas actividades que atraen a un creciente número de turistas, muchos de ellos extranjeros.
Instituciones, organismos públicos y empresarios han percibido esas oportunidades y han surgido numerosas iniciativas de emprendimiento sustentadas en un sólido argumento: que España es el país europeo con una mayor diversidad biológica y que esa biodiversidad puede ser el mejor complemento del sol, de la playa, de la cultura o de la gastronomía.
Así, numerosas empresas se han organizado en torno a «Turebe» (Turismo en Reservas de la Biosfera de España), una iniciativa respaldada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo a través de Turespaña.
Pero, además, este organismo puso en marcha el club «Ecoturismo en España» al que se han adherido ya centenares de empresas turísticas localizadas en entornos de espacios naturales protegidos y administraciones públicas comprometidas al mismo tiempo con la Carta Europea de Turismo Sostenible que lanzó la Comisión Europea.
También la Fundación Biodiversidad ha puesto en marcha durante los últimos años varios proyectos para potenciar el turismo de naturaleza, entre ellos un programa para potenciar la utilización de las «vías verdes» -antiguas líneas ferroviarias hoy en desuso- entre las personas que tienen alguna discapacidad.
Carles Santana es responsable de Photo Logistics, una empresa que cuenta con más de cincuenta «hide» o «aguardos» repartidos en lugares estratégicos de la península que presta servicio al cada vez mayor número de turistas interesados en visitar España para fotografiar especies únicas.
Anclada en los «códigos éticos» que determinan el quehacer de este tipo de empresas -basados en no molestar a las especies fotografiadas ni perjudicar los hábitats en los que trabajan- esta empresa retorna una parte de sus beneficios a los propietarios de los terrenos donde se encuentran las especies amenazadas.
En declaraciones a EFE, Carles Santana ha subrayado que esta actividad, además de un negocio, es una manera de dar valor a un territorio y de contribuir a la conservación de los recursos naturales, porque el perfil de este tipo de turista es el de un ciudadano muy concienciado con el medio ambiente que quiere ver y disfrutar de especies y de hábitat «muy bien conservados».
«Entendemos el desarrollo rural como una parte esencial e imprescindible de la conservación de la biodiversidad», ha señalado Carles Santana, y se ha mostrado convencido de que este tipo de actividades supone un paso adelante hacia la integración de la conservación en el mundo de la empresa; y viceversa.
Fuente: http://www.noticiasdenavarra.com
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