El Senado ha aprobado este miércoles el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que actualizará la normativa de 2011, pese a sólo contar con el apoyo del PSOE, Cs y los grupos vascos.
Durante el largo debate en la Cámara Alta, que se ha prolongado casi cuatro horas, los grupos parlamentarios han coincidido en destacar que la ley llega “tarde”, pues ya debía haber transpuesto las directivas europeas en materia de residuos en 2020 y 2021, y que se queda «muy corta» en ambición ambiental.
El proyecto de ley de residuos, al que los senadores presentaron casi 600 enmiendas, se ha llevado por fin a pleno este miércoles tras una prórroga de dos semana en vista de la falta de apoyos, y se ha logrado aprobar gracias a la abstención del PP y pese al voto en contra de ERC, Junts per Cat y Vox -que intentó vetar la ley desde el principio de su tramitación al considerarlo un “carrusel impositivo”, entre otros.
Las negociaciones para lograr consensuar algunas últimas enmiendas han durado hasta el momento de votar, cuando se han votado 13 nuevas transaccionales presentadas por la mañana y que, entre otros cambios, dan más margen a las comunidades autónomas que ya cuentan con un canon de vertido e incineración para gestionar el tributo, uno de los puntos más controvertidos del proyecto legislativo que ahora volverá al Congreso para su aprobación final.
Otro de los avances en la negociación con el PSOE es la concreción de las condiciones en que se implantaría un sistema de depósito, devolución y retorno de envases, una de las demandas del grupo de Izquierda Confederal, que mayoritariamente -salvo el senador de Más Madrid, que ha votado en contra- se ha abstenido, al considerar que la ley “no suma”, según ha explicado a EFE el senador de este grupo, Vicenç Vidal Matas (Més per Mallorca).
Canon de residuos autonómicos
Este senador ecosoberanista ha pasado del “no” a la abstención tras lograr en las últimas transaccionales que se respete el canon de residuos autonómico -como el que se aprobó implantar en Baleares-, además de que la ley contemple un mecanismo de compensación por los costes de transporte de residuos a territorios insulares y a Ceuta y Melilla, así como una partida para ello en los Presupuestos Generales del Estado.
Desde el Grupo Parlamentario Popular, el senador Vicente Martínez Mus ha valorado que, aunque la ley “llegó del Congreso como muy mala”, su formación ha intentado “mejorarla” a través de enmiendas como una que rebaja a cero el tipo de IVA para las donaciones y otra que propone reservar la mitad de los contratos públicos de gestión de residuos textiles para empresas de la economía social, ambas ya aprobadas e incorporadas al dictamen.
Por su parte, el senador de ERC Xavier Castellana Gamisans -cuyo partido ha votado “no” incluso tras las últimas concesiones- ha lamentado que «el gobierno más progresista de la historia», con la coalición PSOE-Unidas Podemos, haya dado prioridad a “la cooperación del PP -en forma de abstención- que a una mayoría transformadora», pues no ha otorgado a las autonomías la capacidad de gestión de su impuesto por vertido e incineración que pedían.
Canon de vertido e incineración
El canon de vertido e incineración que pagarían los gestores de residuos, y que es una de las medidas contempladas en la regulación europea transpuesta al ordenamiento jurídico español en esta ley, es también una «línea roja» para Junts Per Catalunya, que ha votado en contra ante el miedo de que este nuevo tributo perjudique a la tasa catalana que existe desde hace dos décadas y que sí es de carácter finalista.
Desde esta formación, la senadora Teresa Rivero Segalàs ha incidido en que está de acuerdo con que se extienda el impuesto a todo el Estado, pero pide que se modifique la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas para que puedan «encajar» su gestión de residuos en el nuevo marco.
El senador de Más Madrid Pablo Gómez Perpinyà ha rechazado la ley después de que se aprobara en la Cámara Alta una enmienda que retiraba del texto original la prohibición a tóxicos como los ftalatos o el bisfenol-A, presentes en algunos envases y catalogado como perjudicial para la salud.
Fuente: EFEverde
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