En respuesta a la creciente preocupación en el sector agrario por el aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, el proyecto AgriAdapt está evaluando los beneficios del uso de mulch o acolchado agrícola como medida de adaptación al cambio climático, evidenciando los efectos positivos en las zonas donde los agricultores ya lo han implementado. “El mulching no solo reduce la temperatura del suelo y conserva la humedad, sino que también mejora la calidad del suelo a largo plazo al incrementar la materia orgánica y evitar la proliferación de hierbas adventicias. Esta técnica, junto con otras que estamos trabajando de la mano con agricultores, tiene el potencial de transformar la manera en que enfrentamos los desafíos del cambio climático en la agricultura”, afirma la técnica de Global Nature y del proyecto Miriam Pajares.
Desde sus inicios, el proyecto AgriAdapt, coordinado por Fundación Global Nature, ha adoptado un enfoque participativo, con el objetivo de fomentar la participación de los agricultores y agricultoras y recopilar sus preocupaciones existentes frente a los desafíos climáticos. En respuesta a lo detectado, el equipo ha comenzado a evaluar diversas técnicas implementadas por los propios agricultores, como el uso de mulch en parcelas de cereal en siembra directa. “Esta técnica consiste en cubrir el suelo con restos vegetales, como la paja, un residuo del cultivo anterior que resulta prácticamente sin coste, salvo los gastos asociados al uso de maquinaria y combustible”, añade Pajares.
Según explican los expertos de Global Nature, el mulching ofrece múltiples beneficios clave para la gestión del suelo. Al cubrirlo con material vegetal, mejora la distribución del agua en el perfil del suelo y aumenta la retención de humedad al reducir la evaporación. Asimismo, detallan que, al limitar la exposición a la radiación solar, se contribuye a una menor fluctuación de la temperatura del suelo. En esta línea, el uso de paja aumenta el contenido de materia orgánica y mejora la estructura del suelo, controlando la erosión. Además, mantiene una cobertura vegetal permanente que facilita una mayor infiltración del agua y reduce la escorrentía.
Una humedad del suelo de hasta un 8,8%
Para evaluar el impacto del mulching, AgriAdapt utiliza el método gravimétrico, una técnica directa para medir la humedad del suelo. Este proceso implica recolectar muestras de suelo con una barrena, retirando los primeros centímetros de material vegetal, para luego enviarlas al laboratorio. Una vez allí, cada muestra se pesa antes y después de ser secada, lo que permite calcular su contenido de humedad. Tal y como explican desde Global Nature, los resultados han mostrado que las parcelas tratadas con mulch presentan una humedad del suelo de hasta un 8,8%, en comparación con solo un 3,2% en parcelas con suelo desnudo, confirmando la efectividad de esta técnica.
Además, el uso de imágenes capturadas con una cámara termográfica ha revelado una diferencia en la temperatura media del suelo de hasta 7,8°C menor en las parcelas donde se ha aplicado el mulch.
AgriAdapt también está explorando otras medidas innovadoras en diferentes fincas para evaluar su eficacia frente al cambio climático. Entre estas técnicas se incluyen el uso de cubiertas vegetales, el blanqueado de superficies o la instalación de riego por goteo subterráneo. Estas estrategias se están evaluando mediante herramientas avanzadas como la termografía, la teledetección y el uso de tensiómetros.
AgriAdapt, que arrancó a finales del año 2023 y finalizará en la primavera de 2025, cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).
Fuente: Fundación Global Nature
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