El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) se ha propuesto revisar la Ley de Calidad del Aire de 2007 para «orientar» los actuales impuestos de matriculación y circulación con el fin de gravar más a los vehículos que «más emiten», no sólo dióxido de carbono (CO2) sino también dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión. El objetivo es que los ayuntamientos incentiven o desincentiven la utilización de los vehículos en función de sus emisiones.
Así se lo ha anunciado el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, tras la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, en la que ha explicado la medida a los responsables medioambientales de las comunidades autónomas y a la representante de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de las que ha dicho que han mostrado su apoyo a la medida.
Esta modificación del impuesto afectará en mayor medida a los vehículos diésel, ya que hasta ahora los impuestos solo incluían las emisiones de CO2, pero ahora se pretende gravar también las emisiones de NO2 y partículas en suspensión. Se trata, según ha indicado que un impuesto de carácter «proporcional para evitar el efecto salto» que podría ponerse en marcha «en unos meses».
En este sentido, ha explicado que se trata de un gravamen cuya finalidad «es medioambiental y no recaudatoria, pero tendrá efectos recaudatorios». «Añadir esos componentes al impuesto no va a reducir la recaudación de los Ayuntamientos», ha aseverado, al tiempo que ha agregado que, sin embargo no está previsto que el destino de este monto se destine a una finalidad medioambiental, sino que cada administración municipal lo dirigirá a lo que estime oportuno.
Además, Ramos de Armas ha añadido que revisará el actual Plan Nacional de la Calidad del Aire aprobado por el anterior Gobierno al final de la legislatura pasada, ya que el actual Ejecutivo considera que «se elaboró sin consenso de las comunidades autónomas y sin la participación de los ayuntamientos».
De este modo, ha precisado que se va a revisa la Ley estatal de Calidad del aire de 2007 y, en concreto, su disposición adicional octava para lo que ha prometido que se va a escuchar a las comunidades autónomas para poder incorporar mejoras técnicas, con el objetivo de lograr una mejora de la calidad del aire. «Elaboraremos una nueva ley», ha apostillado.
Los fabricantes, en contra de la medida
Las asociaciones de fabricantes (Anfac) y de vendedores (Ganvam) de automóviles han consideran poco acertada la iniciativa del Gobierno,y aseguran que una medida más eficaz para reducir la contaminación sería poner en marcha un plan de rejuvenecimiento del parque de vehículos.
Fuentes de Anfac consultadas por Europa Press resaltaron que la intención del Gobierno de aumentar el gravamen fiscal a los vehículos y, especialmente a los diésel, «no va en línea con lo que el sector necesita», puesto que, en su opinión, aumentar la presión fiscal a los conductores en estos momentos de crisis es un error.
Desde la patronal de los fabricantes se mostraron a favor de ligar los gravámenes de los vehículos a su efecto sobre el medio ambiente, aunque señalaron que en la actualidad los automóviles ya tienen muchos impuestos, hasta un total de nueve tasas diferentes.
En este sentido, apuntaron que una de las tasas que afecta a los coches es el Impuesto de Matriculación, que, desde 2008 está ligado a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los modelos, y apuntaron que ha funcionado «bien» en este período.
Desde el punto de vista medioambiental, Anfac considera que la mejor medida para reducir el impacto sobre el medio ambiente del automóvil es un plan de rejuvenecimiento del parque de vehículos, ya que, en la actualidad, un 20% de coches antiguos genera el 80% de las emisiones de CO2.
Además, recordaron que el parque automovilístico nacional es uno de los más antiguos de Europa y puntualizaron que los vehículos representan el 13% de las emisiones de CO2 en las ciudades,donde hay otras fuentes que también generan emisiones (fábricas o calefacciones).
Por todo ello, defendieron la puesta en marcha de un plan de rejuvenecimiento del parque de automóviles, ya que también tiene un efecto positivo y de retorno para las administraciones públicas en este momento en que trabajan para reducir el déficit.
Por su parte, fuentes de Ganvam explicaron a Europa Press se mostraron en desacuerdo con penalizar el uso de los vehículos diésel, ya que suponen una parte importante del parque actual. Así, el 70,3% de los coches vendidos en 2011 montaban un motor impulsado por gasóleo.
«Si se quiere mejorar en términos de contaminación y reducir las emisiones hay que retirar los vehículos que más contaminan», añadieron, al tiempo que apostaron por la implementación de subvenciones al achatarramiento de coches antiguos, que son los que más contaminan.
En este sentido, resaltaron que un vehículo actual tiene unas emisiones contaminantes y un consumo un 20% menor que uno de 1995 y apuntaron que si lo que se quiere es contribuir a mejorar la calidad del aire hay que sacar a los coches más antiguos de las carreteras.
Dichas fuentes aseguraron que el 43,7% de los automóviles que circulan por las carreteras españolas tienen más de 10 años de antigüedad y afirmaron que, si la tendencia se mantiene, esta cifra se situará en el 50% en el año 2014.
Fuente: http://www.elmundo.es
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