El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030, aprobado este martes en en el Consejo de Ministros, permitirá anticipar medidas para afrontar los impactos de este fenómeno sin dejar de lado la justicia climática, ha informado el Ministerio para la Transición Ecológica.
El segundo PNACC ha sido aprobado por el Gobierno a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, como uno de los compromisos tras la Declaración de emergencia climática y ambiental, en enero pasado, según un comunicado del Miteco.
El documento responde a la necesidad de adaptarse a los importantes riesgos derivados de la crisis climática a los que se enfrenta España, pero también a las nuevas políticas planteadas por el Consejo Europeo que vinculan la adaptación con las políticas de recuperación económica frente a la pandemia.
La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha señalado que el nuevo plan es un «eje vertebrador» de las acciones europeas en el contexto actual de recuperación de la pandemia de la covid-19.
Según Ribera, el PNACC 2021-2030 representa «nuestro esquema nacional para la gestión de riesgo», dar certezas a los inversores y permitirá «orientar mejor» el proceso de recuperación económica.
Asimismo, contribuirá a «generar un sector primario más resiliente, cohesionar y vertebrar el medio rural», así como crear infraestructuras más seguras, preparar un turismo de mayor calidad y luchar contra la pérdida de biodiversidad, entre otros aspectos.
Las políticas de adaptación permitirán evitar y minimizar los daños generados por la emergencia climática y sus fenómenos asociados y también se aportará mayor estabilidad económica y social, con nuevas oportunidades, y las inversiones -públicas o privadas- crearán nuevas actividades económicas, reduciendo la incertidumbre asociada al cambio del clima, ha asegurado la ministra.
El PNACC propone siete líneas de trabajo claves para la transversalidad en todos los ámbitos: vulnerabilidad territorial y social, efectos transfronterizos, enfoque de género, prevención de la mala adaptación e incentivos perversos, costes y beneficios de adaptación e inacción y orientación a la acción.
Con respecto a la mala adaptación e incentivos perversos, el Plan contempla la creación de listas de control para el chequeo de las potenciales medidas de adaptación, la evaluación de sus efectos sociales y su huella ecológica y la incorporación de criterios para prevenir efectos contraproducentes (la llamada “mala adaptación”) en las ayudas públicas.
Además, refuerza los instrumentos y seguimiento de las políticas públicas de adaptación, incluyendo informes sobre riesgos climáticos y, por primera vez, según el Miteco, una colección inicial de 30 indicadores que deberá aportar una visión dinámica de los efectos derivados del cambio climático y los progresos en adaptación.
El PNACC constituye un instrumento de planificación básico para generar la acción coordinada y coherente, desde una perspectiva transversal, sin perjuicio de las competencias, a distintos actores y administraciones, en los diferentes niveles en todo el territorio, ante los riesgos y amenazas de la crisis climática.
El documento define y describe 81 líneas de acción para implementar en los diferentes sectores socioeconómicos organizadas en 18 ámbitos de trabajo en los que destacan la salud, el agua y recursos hídricos, el patrimonio natural, la biodiversidad y las áreas protegidas.
Asimismo, las costas y medio marino, la protección forestal, la lucha contra la desertificación, y la agricultura y ganaderías sostenibles o la seguridad alimentaria.
El PNACC pretende mejorar la capacidad de anticipación a los retos climáticos e indentificar las mejores orientaciones para los diferentes sectores de la actividad económica, con el objetivo de ir hacia una economía más sólida y una sociedad más inclusiva, con nuevas oportunidades de empleo para los jóvenes.
Tras el proceso de información pública, la aprobación del PNACC representa un compromiso con las futuras generaciones y reconoce su papel como actores interesados en todas las políticas de mitigación del cambio climático y para reducir sus riesgos.
El PNACC forma parte de los instrumentos de planificación en materia de energía y clima con el objetivo de reducir los efectos de la emergencia climática, entre los que destacan el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia a Largo Plazo para una Economía Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050 y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Los tres documentos incluyen la adaptación al cambio climático y poseen conexiones con el nuevo PNACC, según el Miteco.
Fuente: La Vanguardia
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