Así lo ha indicado el profesor emérito de la Universidad de La Laguna y excatedrático de Botánica Wolfredo Wildpret, quien ha afirmado también que no solamente la laurisilva está amenazada por el incendio, sino el palmeral del sur de La Gomera, que podría ser arrasado y que es algo que «duele profundamente».
Wolfredo Wildpret expresa su preocupación por el riesgo de que se puedan quemar «cientos de palmeras» canarias, una característica esencial del paisaje de La Gomera, además del símbolo del archipiélago, en lo que aparentemente puede ser un incendio «provocado por una mano negra con intereses oscuros».
El científico, que es Premio Canarias de Investigación, subraya que también se han destruido paisajes agrarios en la parte sur de Vallehermoso y señaló que hay «riesgos y peligros para la laurisilva», que puede tener a partir de hoy «la pequeña ventaja»de la niebla y la humedad, y el inconveniente del viento.
Sin embargo, el investigador precisó que la laurisilva no está exclusivamente presente en Canarias, sino que también se encuentra en Madeira, partes de Azores y Cabo Verde, Marruecos y la sierra de Algeciras.
Wildpret explica que él prefiere utilizar la denominación monteverde, que es la que utilizó en el siglo XVIII el ilustrado canario José de Viera y Clavijo.
Detalla que el monteverde más seco y que más rápidamente se recupera es el formado por fayal-brezal, y luego está el clásico, que es más húmedo, vinculado a pequeños arroyos, mientras que el de gran humedad es el que a su juicio sí debe mantener la denominación de laurisilva.
Esta es una formación forestal beneficiada por las nieblas y la humedad y en las islas presenta un denominador común, pero con particularidades propias para cada una.
De esta manera el único reducto que permanece en Gran Canaria son los tilos de Moya, mientras que la más rica desde el punto de vista de la biodiversidad se encuentra en Anaga (Tenerife), y la de mayor biomasa es, precisamente, la del Parque Nacional de Garajonay.
Wildpret señala que el monteverde tiene gran capacidad de recuperación tras un incendio forestal y como ejemplo cita la zona que se quemó hace unos años en Tenerife, en el municipio de El Rosario.
El único problema tras los incendios en Canarias proviene de la erosión cuando se producen en terrenos muy abruptos o inclinados.
Ello se debe a que cuando llegan los temporales en invierno el agua arrastra mucha cantidad de tierra, de suelo fértil, porque no está cubierto el manto de pinocha y no frena la erosión que se produce, explica el botánico.
Fuente: EFE
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