La sequía asociada al cambio climático podría reducir la biodiversidad de organismos del suelo y frenar la descomposición de las hojas caídas, lo que pondría en peligro los nutrientes para plantas en toda Europa, según un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf-UAB).

El estudio, que publica la revista Global Change Biology, se ha hecho en 54 parcelas con vegetación natural situadas en Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Hungría, España e Italia, donde los investigadores simularon durante cuatro años dos efectos del cambio climático: que cada vez llueve menos y que cada vez hace más calor.

El cambio climático frena la descomposición de nutrientes, según un estudio

Fuente: Pixabay

Pruebas de comprobación

Para simular la reducción de precipitaciones, en algunas parcelas instalaron una lona que se extendía automáticamente en caso de lluvia, expulsando parte del agua caída fuera de la parcela, y para simular el aumento de temperatura en otras parcelas colocaron una lona reflectante que se extendía cada noche para reducir la pérdida de calor.

Los investigadores estimaron a qué velocidad se descompone la hojarasca y al final de los cuatro años midieron la diversidad de unos organismos del suelo llamados colémbolos, que están directamente implicados en la descomposición, y compararon los resultados de estas parcelas con las que no se había aplicado ningún tratamiento experimental.

El resultado es que cuanto mayor es la sequía, menor es la diversidad de colémbolos y más lenta la descomposición de los restos vegetales que caen al suelo.

“Aunque hemos estudiado este efecto en parcelas de vegetación natural, es muy probable que se dé también en ecosistemas agrícolas, porque el clima es igual para todos, con lo que al final el efecto en cadena puede acarrear consecuencias en nuestra capacidad de alimentarnos”, según el investigador del Creaf y primer autor del estudio Guille Peguero.

Especies que resisten

Los investigadores también han visto que la sequía no solo redujo la cantidad de especies de colémbolos en el suelo, sino que las especies que resistieron están evolutivamente más emparentadas entre sí.

“Como, en general, las especies emparentadas suelen desempeñar funciones parecidas dentro del ecosistema, lo que ha pasado en nuestras parcelas se podría comparar con la desaparición de algunos oficios en una población humana”, ha señalado Peguero.

“Lo importante es darse cuenta de que debajo de nuestros pies habita un universo de vida del que dependemos enteramente y que también está sufriendo el cambio climático. Apenas lo estamos empezando a investigar”, ha concluido Peguero.

Fuente: https://www.efeverde.com