El Ayuntamiento de Madrid lanza este lunes su plan estratégico para reducir la contaminación. El Plan A de calidad del aire persigue bajar la intensidad del tráfico privado motorizado en la ciudad, y con ese fin desde 2018, en la circunvalación M-30 y en las vías de acceso a la capital (en los tramos que se encuentren dentro de la M-40 y M-30), la velocidad máxima permitida pasará de los 90 kilómetros por hora actuales a 70 todo el año. Se crearán, además, sectores en la ciudad de velocidad reducida y se ampliarán las áreas de prioridad residencial —que restringen el paso a los que no son vecinos— a todo el centro de la capital.
El documento del gobierno de Ahora Madrid, al que ha accedido EL PAÍS y que se tiene que aprobar en junta de Gobierno, pretende proteger la salud y luchar contra el cambio climático y ello pasa por reducir los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2). En estos momentos, la capital incumple los límites fijados por la Comisión Europea desde 2010 y Bruselas ha abierto un procedimiento de infracción que podría acabar con importantes sanciones, recuerda el Consistorio. La propuesta plantea incentivos para el uso de coches no contaminantes.
La intención es crear “un nuevo modelo de ciudad de bajas emisiones, basado en los principios de la sostenibilidad”. Y con ese fin, entre las actuaciones a corto plazo previstas, está reducir la velocidad en el anillo de la M-30 a 70 kilómetros por hora (hoy es 90, excepto en los túneles), con independencia del nivel de contaminación. Tampoco se podrá traspasar esa frontera en las vías de acceso a la ciudad, en los tramos que se encuentren dentro de la M-40 y M-30.
El Ayuntamiento ya aplica la bajada a 70 kilómetros por hora en la M-30 y en las vías de acceso cuando se producen episodios de alta contaminación por NO2. Si esta medida no es suficiente, se prohíbe aparcar en las zonas verde y azul de la almendra central. Por último, y solo si no se consiguen bajar los niveles, se prohíbe circular a las matrículas pares e impares en días alternos. Esta medida se puso en práctica por primera vez en Navidad. El documento del área de Medio Ambiente, dirigida por Inés Sabanés, sostiene que la reducción de la velocidad hará descender las emisiones contaminantes.
Además de limitar la velocidad en el anillo que rodea la almendra central, la alcaldesa Manuela Carmena aboga por reducir en varios barrios del centro la velocidad máxima hasta los 30 kilómetros por hora. El objetivo del equipo de Ahora Madrid es convertir el corazón de la capital —donde a menudo se detectan niveles elevados de NO2— en una zona de bajas emisiones.
En este sentido, la apuesta más importante de la regidora es crear en 2018 una gran zona de prioridad residencial de bajas emisiones (APR) —a la que solo podrán acceder los residentes y vehículos autorizados, y que se denominará Área Central Cero Emisiones— correspondiente a todo el Distrito Centro. En la actualidad ya existen varios barrios en la ciudad en los que se aplica esta medida. La Gran Vía entrará dentro de esta gran APR después de su reforma (aceras más amplias y al mismo nivel de la calzada), que comienza este año. El Ayuntamiento promete, al mismo tiempo, ampliar la red ciclista y construir aparcamientos disuasorios en los puntos de acceso a la capital. También quiere realizar “plataformas reservadas de autobuses” que impulsen el uso del transporte público.
El Plan A contempla también otro bloque de medidas que pretenden fomentar la tecnología de bajas emisiones e impulsar la movilidad eléctrica para vehículos privados, autobuses, taxis y flotas de servicios municipales. Carmena aplicará incentivos fiscales y restricciones graduales de acceso, aparcamiento y circulación, que se pondrán en marcha por “coronas de actuación, utilizando herramientas de gestión existentes, como el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) o los distintivos ambientales que envía a los propietarios de vehículos la Dirección General de Tráfico (DGT)”, según reza el borrador del plan. Todas estas medidas están pensadas para llevarse a cabo entre 2018 y 2020.
La entrada en vigor de las medidas se realizará de forma “progresiva”, para que “la ciudad y sus habitantes puedan adaptarse al cambio”, revela el plan municipal. En un primer momento, se aplicarán los incentivos (bonificaciones en el SER, por ejemplo, o gratuidad para los vehículos cero emisiones) para promover que se utilicen coches menos contaminantes. El Ayuntamiento tiene previsto ampliar la red de puntos de recarga para los automóviles eléctricos, hoy escasos. Por último, entrarán en vigor las limitaciones en los accesos, aparcamientos y a la circulación.
Con su Plan A de calidad del aire, Madrid pretende reducir al mismo tiempo las partículas en suspensión, que por su reducido tamaño entran en los pulmones y algunas pasan a la sangre. No están fuera de control, como el NO2, y cumplen los límites legales de la Unión Europea, pero no las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. La Comisión Europea asocia los altos niveles de NO2 a un aumento de la mortalidad por causas cardiovasculares y respiratorias. Las partículas también se relacionan con un mayor número de muertes.
En 2025 sólo los coches cero emisiones podrán acceder al centro
En 2025, solo los coches con emisiones cero podrán entrar en el centro de Madrid capital, y los vehículos sin distintivos ambientales no podrán circular en toda el área urbana. Asimismo, en 2020 estos últimos tendrán prohibido aparcar en los sectores con estacionamiento regulado (zonas verde o azul).
Carecen de distintivo ambiental aquellos vehículos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados antes del año 2000 y del 2006 en el caso de los diésel. Según las estadísticas del Ayuntamiento de Madrid, el parque de vehículos de esta tipología corresponderá aproximadamente al 20% de coches en la ciudad.
De aquí a 2020 el Consistorio pondrá en marcha medidas progresivas para restringir el acceso a los aparcamientos del SER (servicios de estacionamiento regulado) a los automóviles más contaminantes. En 2018, los coches de cero emisiones tienen derecho a aparcar gratis en el SER, mientras que los vehículos ECO gozarán de una bonificación del 50%.
El equipo de la alcaldesa Manuela Carmena también prevé renovar integralmente la flota de autobuses municipales en los próximos tres años para que sean todos de bajas emisiones. Y trabajará para que los taxis sean exclusivamente modelos no contaminantes, ECO o CERO.
También se trabajará la sensibilización ciudadana sobre las consecuencias a corto, medio y largo plazo de la mala calidad del aire y los gases de efecto invernadero. Por último, se buscarán las necesarias vías de colaboración con el Gobierno central y la Comunidad de Madrid para abordar unos retos cuyo ámbito supera al municipio.
Fuente: Artículo de Luca Constantini. El País y Ayuntamiento de Madrid
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