El agujero de ozono en la Antártida se ha empezado a formar este año dos semanas antes de lo esperado y los datos predicen que será de menor tamaño y de menor duración, lo que confirma la tendencia a la recuperación de la capa de ozono, según el Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS).
Este lunes se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que conmemora la firma del Protocolo de Montreal en 1987, por el que 196 países y la Unión Europea se comprometieron a proteger la capa de ozono mediante la prohibición de las sustancias químicas responsables de su agotamiento.
Los datos del CAMS, un servicio dependiente del Centro Europeo para Pronósticos Meteorológicos de Mediano Alcance, confirman que “tenemos motivos para felicitarnos por el éxito del pacto de Montreal, porque está funcionando”, explica en declaraciones a Efe Fernando Valladares, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Museo de Historia Natural.
Ozono y cambio climático
La capa de ozono se encuentra en la estratosfera, encima de la atmósfera, se extiende desde los 15 hasta los 35 kilómetros de altura aproximadamente y actúa como un escudo para proteger la vida humana de la radiación ultravioleta.
Fernando Valladares ha advertido de que, pese a su recuperación, “no hay tiempo para relajarse”, ya que el cambio climático también deteriora la capa de ozono, al provocar el enfriamiento de las capas superiores, entre ellas en la estratosfera.
Además, ha subrayado, “son necesarias las revisiones periódicas del uso de químicos, ante el resurgimiento de algunos cloroformos que emiten China y otros países y que contienen compuestos dañinos para el ozono”.
También Vincent-Henri Peuch, responsable del CAMS, ha señalado que, pese a que el lema de la celebración del Día de la Preservación de la Capa de ozono es ’32 años de recuperación’, el cambio climático hace que “no haya motivos para la autocomplacencia”.
El agujero de ozono
Cada año, con el inicio de la primavera austral en septiembre, resurge el agujero de ozono, debido a que las sustancias químicas que contienen bromo y cloro se reactivan tras pasar inactivas el invierno y destruyen rápidamente las moléculas de ozono.
Este año, según las observaciones del CAMS, la extensión espacial del agujero en la capa de ozono está progresando a un ritmo notablemente inferior de lo habitual, lo que podría traducirse en un episodio de menor tamaño y, posiblemente, de menor duración.
No obstante, según la última Evaluación Científica del Agotamiento de la Capa de Ozono, publicada en 2018 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), su recuperación hasta los niveles anteriores a 1970 tendrá lugar en torno a 2060.
En declaraciones a Efe, el responsable del programa de Cambio Climático de Greenpeace, José Luis García Ortega, ha apuntado que “esta supuesta mejoría de la capa de ozono es transitoria”, ya que responde a “cambios naturales en la dinámica atmosférica”.
“Para hablar de mejoría hay que mirar las tendencias a largo plazo -ha asegurado- pues el proceso de recuperación de la capa de ozono es muy lento y durará varias décadas en el mejor de los casos”.
Fuente: EFE Verde
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