Solo el 3 % de la población española respira aire que no está contaminado; el resto (45 millones de personas) sigue respirando aire contaminado más allá de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque la contaminación del aire mejoró en el conjunto de España en 2018 a consecuencia de la inestabilidad atmosférica, según datos del Informe Estatal de Calidad del Aire en 2018 presentado ayer martes por Ecologistas en Acción.

La ONG apuesta como «única forma» de mejorar la contaminación en las ciudades por reducir el tráfico motorizado, potenciar el transporte público, la bicicleta y el tránsito peatonal, así como promover el ahorro energético, mejores técnicas industriales disponibles, cerrar centrales térmicas de carbón, penalizar el diésel y declarar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo como las del Báltico y el Mar del Norte.

El informe anual señala, en concreto, que las partículas y el dióxido de nitrógeno cayeron en 2018 pero el ozono sigue siendo el contaminante más extendido y sus niveles siguen estacionados o bien aumentaron.

Pese a las abundantes lluvias, el cambio climático y el repunte en la quema de combustibles fósiles mantienen un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos, bosques y espacios naturales.

El informe de la ONG ha recogido datos en 800 estaciones oficiales de medición situadas en toda España, entre ellas y por segundo año consecutivo en los Puertos del Estado y expone datos desglosados por comunidades autónomas y por sustancias contaminantes.

Imagen de Madrid pablocoraje.com

Además, recuerda que cada año mueren en España hasta 30.000 personas de manera prematura, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente y que los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica superan los 50.000 millones de dólares anuales, el 3,5 por ciento del PIB español, según el Banco Mundial. A esto hay que sumar los daños a cultivos y ecosistemas naturales.

En total, durante 2018 se redujeron los niveles de contaminación atmosférica por partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2 ) -no así por ozono troposférico (O3)-, y «aparentemente» recuperaron la tendencia descendente de estos contaminantes que comenzó en 2008 con el inicio de la crisis económica. Esto explicaría la mejora de la situación.

El estudio toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la OMS y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la UE y según estos, el aire contaminado afectó a 45,2 millones, el 97 por ciento de la población en 465.000 kilómetros cuadrados, el 92 por ciento del territorio.

Sin embargo, si se consideran los estándares de la normativa vigente, que son más amplios que los de la OMS, respiraron aire por encima de los límites legales un total de 14,9 millones de personas, un tercio del total, lo que supone 2,6 millones menos que en 2017 en una extensión de 254.000 kilómetros cuadrados, más o menos la mitad de España, con 42.000 kilómetros menos que hace un año.

Entre las principales causas de esta reducción están las elevadas precipitaciones de 2018 que, junto con la inestabilidad atmosférica, han reducido el número de episodios de contaminación, lo que ha contribuido según la ONG, «de manera importante a mejorar la calidad general del aire».

El invierno y el otoño fueron húmedos y eso sirvió para favorecer la dispersión y la deposición de los contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas). En cambio, pese a las fuertes lluvias primaverales, el prolongado calor estival ha mantenido elevadas los niveles de ozono.

El tráfico, principal fuente de contaminación

Igual que en años anteriores Ecologistas en Acción responsabiliza al tráfico rodado de ser la «principal fuente de contaminación», junto con algunas áreas de fábricas y el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y otros combustibles fósiles. El transporte marítimo tiene gran repercusión en la calidad del aire de los puertos y las regiones litorales.

En concreto, el ozono troposférico es el contaminante que afectó a una mayor extensión y población, ya que los niveles siguen estacionarios o incluso al alza por el incremento de las temperaturas medias y las olas de calor del verano. Durante el año 2018, por el prolongado calor estival, la mayor parte de la población y el territorio españoles han seguido expuestos a concentraciones de ozono peligrosas para la salud humana y vegetal.

Con todo, apunta que las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire afectaron a dos tercios de la población por lo que las considera una «seria amenaza» para la salud, pese a que el año pasado se recuperó la tendencia a la baja de estos contaminantes por la crisis económica, excepto en los años 2015 y 2017.

Por otro lado, respecto a los Planes de Mejora de la Calidad del Aire, que son obligatorios por ley, Ecologistas en Acción denuncia que «en muchos casos» no existen, en otros son inefectivos por la falta de voluntad política.

Madrid Central, «notable» mejoría

De esta manera califica de documento de buenas intenciones el Plan Aire II del Gobierno, ya que no tiene ni rango de ley, ni mecanismos eficaces ni financiación. Por el contrario, la ONG celebra el «buen resultado» del ‘Plan A’ del Ayuntamiento de Madrid, cuya medida estrella era Madrid Central y que está, sin embargo, «amenazado con la posible reversión», lo que considera una «pésima noticia cuyas consecuencias de todo tipo no se han calibrado».

El informe destaca que la Comunidad de Madrid mejoró «sustancialmente» la situación respecto a 2017. El cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de Madrid y las ciudades del corredor del Henares, la zona Urbana Sur y la zona Urbana Noroeste, como las principales zonas contaminadas, aunque también se producen elevados índices de contaminación por ozono troposférico en el resto de la región, a consecuencia del elevado tráfico rodado.

En cuanto al área metropolitana, destaca el Plan A, con medidas concretas sobre transporte y edificación que han contribuido «por primera vez en muchos años a mejorar la situación de la capital, tal y como ha valorado la Comisión Europea en su decisión de no enviar de momento al Reino de España al Tribunal Europeo de Justicia por incumplir reiteradamente los valores límite de NO2.

En definitiva, Ecologistas en Acción valora la zona de bajas emisiones de Madrid Central porque ha conllevado una «mejoría notable» de la calidad del aire en este área de tráfico restringido durante los primeros meses de aplicación e insta al nuevo equipo consistorial a no revertir la medida.

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Fuente: Ecologistas en Accion y UltimaHora