Incrementar el uso de energías renovables es fundamental para avanzar en la descarbonización de la economía y frenar la crisis climática, cuyos efectos afectan también a las posibilidades de aprovechamiento de recursos renovables, como el sol o el viento.
Para arrojar luz en este sentido, en su informe anual sobre el clima, el Servicio de Cambio Climático del sistema satelital europeo Copernicus (CS3) ha examinado algunos aspectos del potencial de generación de energía renovable en Europa.
Mayor radiación solar
Según el informe, en 2022, Europa recibió la mayor cantidad de radiación solar en superficie de los últimos 40 años, lo que se tradujo en un potencial de generación de energía solar fotovoltaica superior a la media en la mayor parte del continente.
Esta elevada radiación solar en superficie es coherente con una marcada tendencia positiva observada durante el mismo periodo de 40 años, según la misma fuente.
Menor potencial eólico en el Sur
En lo que respecta al viento, aunque la velocidad media anual en tierra fue prácticamente igual a la media de 30 años, hubo diferencias por regiones, de forma que mientras superó a la media en el este y el sureste; en la parte occidental, central y nororiental, se situó por debajo.
Esto hizo que la generación potencial de electricidad a partir de la energía eólica terrestre fuese inferior a la media en la mayor parte de Europa, especialmente en las regiones centrales del sur.
Reducir las emisiones es imprescindible para mitigar los peores efectos de la crisis climática y para poder hacer la transición hacia una economía descarbonizada es fundamental comprender y responder a los cambios que este provoca en los recursos energéticos renovables (eólicos y solares, fundamentalmente), según la directora adjunta del CS3, Samantha Burgess.
“Unos datos precisos y oportunos mejoran la rentabilidad de esta transición energética”, ha advertido la experta.
Cambios en la demanda
Cuando se trata de los recursos energéticos renovables en Europa y su relación con el clima, es importante comprender las condiciones y tendencias de la producción energética, y también cómo afecta el clima a la demanda de energía, según el CS3.
Así, en 2022, la demanda de electricidad fue inferior a la media en la mayoría de las zonas, debido a que unas temperaturas superiores a la media en los meses no estivales redujeron la necesidad de calefacción.
Sin embargo, la demanda fue superior a la media en el sur de Europa en verano porque las olas de calor provocaron el aumento del uso de aire acondicionado.
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