El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha cerrado durante su viaje relámpago a Pekín un acuerdo con China para elaborar un nuevo marco de colaboración en la lucha contra el cambio climático.
Ambos países se comprometen a trabajar juntos, según la declaración oficial, a «mejorar su política de diálogo» a través de la «entrega de información sobre sus respectivos planes para limitar las emisiones de gas invernadero más allá de 2020».
Además, «ambas partes se reafirman en su compromiso para que garantizar los resultados deseados para 2015», fecha en la que la comunidad internacional negociará en París un nuevo pacto global contra el cambio climático que sucederá al Protocolo de Kioto de 1997.
Kerry aplaudió la disposición de China a cooperar en la lucha por el medioambiente. «Es un esfuerzo de cooperación excepcional y esperamos que dé ejemplo al resto de países sobre la seriedad con la que hay que abordar las negociaciones del año próximo», apostilló ante los reporteros antes de partir a Yakarta (Indonesia).
Mil millones para la lucha contra el cambio climático en EEUU
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este viernes que incluirá una partida de 1.000 millones de dólares (730 millones de euros) en los presupuestos de 2015 para ayudar a las comunidades estadounidenses a prepararse para el impacto del cambio climático.
El fondo prometido por el mandatario forma parte de un enfoque más amplio para hacer frente al cambio climático que Obama delineó en su Plan de Acción por el Clima, presentado en junio de 2013. Sin embargo, esta partida económica requiere la aprobación del Congreso, lo que hace que su futuro sea incierto.
El anuncio ha tenido lugar en California, el estado más poblado de Estados Unidos, que está tratando de hacer frente a la peor sequía en su historia reciente, una situación que amenaza a su industria agrícola, a la producción de energía y a otras industrias.
La Casa Blanca ha explicado que con este dinero se ayudaría a las comunidades que han sido golpeadas por fenómenos meteorológicos extremos, tales como inundaciones, sequías, olas de calor o incendios forestales. Los fondos se utilizarían para investigar cómo prepararse mejor para los efectos relacionados con el cambio climático.
De la misma forma, el dinero se invertiría en tecnología e infraestructuras, tales como rompeolas o sistemas de suministro de electricidad más resistentes «para proteger las ciudades y pueblos vulnerables».
Fuentes: Europapress y http://www.notimerica.com/
Deja tu comentario