La mayor encuesta sobre cambio climático de la historia revela que una mayoría de la población en 50 países quiere medidas ambientales más estrictas a gran escala para combatir lo que consideran una “emergencia global”.
La concienciación ciudadana sobre los peligros del cambio climático es más alta que nunca. Pero sobre todo, e incluso a pesar de encontrarse en medio de una pandemia que ha trastocado toda la agenda política, la mayoría de la población mundial tiene claro que es necesario que se tomen acciones contra el calentamiento global cuanto antes. Así lo pone de manifiesto la mayor encuesta climática realizada hasta la fecha, en la que han participado que 1,22 millones de personas de 50 países: casi dos tercios (el 64%) considera que el cambio climático supone una emergencia global y el 59% opina que el mundo debe actuar urgentemente para combatirlo.
La macroencuesta, dada a conocer este miércoles y elaborada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Universidad de Oxford, cuenta con un muestrario de opiniones que cubre más de la mitad de la población global, incluyendo a menores de edad. Y la enorme muestra obtenida evidencia un gran consenso global en torno a la lucha climática: de hecho, en muchos países participantes, es la primera vez que se realizan encuestas de opinión pública a gran escala sobre el tema del cambio climático.
A pesar de que existe una cierta transversalidad en la preocupación climática, hay diferencias de opinión según la zona en la que viva el encuestado y su nivel educativo. En los países más desarrollados de Europa y Norteamérica, el respaldo a la visión del cambio climático como emergencia global llega al 72%, pero esta cifra se reduce en zonas más vulnerables económica y socialmente, a pesar de que son los principales afectados por el cambio climático. En América Latina y el Caribe, el 63% apoya esta afirmación, mientras que en África subsahariana lo hace el 61%. Esto se debe en parte a que el factor más determinante a la hora de considerar más grave la emergencia climática, según apuntan los autores del estudio, es el nivel educativo: cuanto más formación tenga el encuestado, más preocupado se muestra.
En cualquier caso, aparte de preguntar si se consideraba el cambio climático una emergencia global, también se requería a los encuestados si estaban a favor de 18 políticas climáticas clave dentro de seis ámbitos de actuación: energía, economía, transporte, agricultura y alimentación, naturaleza, y protección de las personas. En este punto, los resultados demuestran que la gente a menudo quiere políticas climáticas amplias que vayan más allá de las actuales. Por ejemplo, en ocho de los diez países de la encuesta con las emisiones más altas del sector energético, la mayoría respaldaba más energía renovable. En cuatro de los cinco países con las mayores emisiones por cambio de uso de la tierras, hubo un apoyo mayoritario para la conservación de los bosques. Y en nueve de los diez países con las poblaciones más urbanizadas, los ciudadanos respaldan un mayor uso de automóviles y autobuses eléctricos limpios o bicicletas.
“Los resultados de la encuesta ilustran claramente que la acción climática urgente tiene un amplio apoyo entre personas de todo el mundo, independientemente de su nacionalidad, edad, género y nivel educativo. Pero más que eso, la encuesta revela cómo la gente quiere que sus responsables políticos aborden la crisis. Desde la agricultura respetuosa con el clima hasta la protección de la naturaleza y la inversión en una recuperación ecológica tras la COVID-19, la encuesta lleva la voz de la gente a la primera línea del debate climático“, ha asegurado en un comunicado Achim Steiner, director del PNUD. Según apunta esta agencia de la ONU, la macroencuesta debe señalar a los Gobiernos el camino a seguir este 2021, que puede ser un año crucial para los compromisos de acción climática de los países.
La conservación ambiental, una prioridad
En cualquier caso, desde la ONU se congratulan de que, a pesar de que la encuesta fue realizada en plena pandemia a finales de 2020, el cambio climático como emergencia global no haya desaparecido de las preocupaciones de la población. Pero, eso sí, hay importantes diferencias de apoyo según el tipo de política que se quiera implementar. En general, las cuatro políticas climáticas más populares son la conservación de los bosques y de la tierra (que cuenta con el respaldo del 54% de los encuestados), más energía solar, eólica y renovable (53%), la adopción de técnicas agrícolas respetuosas con el clima (52%) y mayores inversiones en negocios y empleos verdes (50%).
Por el contrario, las propuestas que menos apoyo recibieron fueron las dietas basadas en vegetales como forma de reducir las emisiones, que sólo respalda un 30% de los consultados, y el impulso a los seguros asequibles para hacer frente a las catástrofes climáticas, que apenas suma un 32%. Sin embargo, los autores afirman que estos bajos porcentajes no implican que se rechacen estas medidas, sino que éstas aún no son demasiado conocidas para la mayoría de la población.
Curiosamente, la mayor diferencia en el nivel de apoyo entre diferentes países para una política climática en la encuesta fue la de mantener el océano y las vías fluviales saludables. Por ejemplo, el apoyo a esta política fue del 81% en el Reino Unido, en comparación con el 29% en Irak, lo que supone una enorme diferencia de 52 puntos porcentuales. Esta brecha se observa de manera general entre países con o sin litoral, lo que destaca la importancia de los factores específicos de la nación para orientar a la opinión pública sobre algunas políticas.
En lo que respecta a la edad, las personas más jóvenes (menores de 18 años) eran más propensas a decir que el cambio climático es una emergencia que las personas mayores. Sin embargo, otros grupos de edad no se quedaron atrás, con el 65% de los de 18 a 35 años, el 66% de 36 a 59 años y el 58% de los mayores de 60 años, lo que ilustra lo ampliamente aceptado que se ha vuelto este punto de vista. Por otro lado, la brecha de género en esta encuesta no es muy grande, aunque si hay una mayor preocupación ambiental por parte de las mujeres en países más desarrollados.
Fuente: El Ágora Diario
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