La Junta de Andalucía se ha adherido a la Carta Bolonia 2012, una iniciativa impulsada por doce regiones de España, Francia, Italia, Grecia y Croacia para la promoción de un marco común de acciones estratégicas dirigido a «impulsar la protección y el desarrollo sostenible de la costa mediterránea».
En concreto, según ha informado la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en una nota, la propuesta va dirigida a promover la conservación del litoral, así como a gestionar y adaptar las zonas costeras del Mediterráneo al cambio climático como espacios de «alto impacto ambiental y económico».
Durante la rúbrica de esta declaración de intenciones, en la que Andalucía estuvo representada por la delegada de la Junta en Bruselas, Francisca Pleguezuelos, las regiones firmantes se comprometieron a acordar la planificación de un macro-proyecto que incluye, entre otras actuaciones, la construcción de una red de cooperación entre los actuales observatorios costeros, la inspección del estado de erosión y de riesgo de inundaciones a lo largo de las costas del Mediterráneo, la promoción del uso sostenible de los recursos del litoral, así como el fomento de la planificación integrada del territorio.
Para ello, además de las acciones ya emprendidas, el objetivo es apoyar también las que se pondrán en marcha en el marco del periodo de programación europea 2014-2020 de los Fondos Estructurales, además de fomentar las posiciones de las instituciones de la Unión Europea sobre «la importancia de incluir la adaptación al cambio climático entre las prioridades de inversión del Fondo Europeo de Desarrollo Regional».
Para Andalucía, se trata de una «oportunidad extraordinaria» para hacer visible «el interés y compromiso del Gobierno andaluz con la protección y el desarrollo sostenible del litoral», justo en el momento en el que se está impulsando el Plan de Protección del Corredor Litoral, «una de las prioridades» de esta legislatura.
En concreto, los objetivos de este plan son «favorecer la biodiversidad a través de la continuidad de los espacios del interior con los del litoral, evitando la creación y consolidación de nuevas barreras urbanas; preservar de la urbanización las zonas con valores ambientales, naturales, paisajísticos, culturales, agrícolas y forestales de los espacios del litoral; así como propiciar el mantenimiento de esta zona como recurso turístico básico evitando su colonización con nuevos usos residenciales estacionales».
La Carta Bolonia, que supone el reconocimiento de un ámbito de trabajo común en un contexto litoral y marino y el compromiso por parte de los firmantes –Andalucía, Valencia, Liguria, Emilia-Romaña, Crotona, Toscana, Córcega, Aude, Provenza-Alpes-Costa Azul, Macedonia Oriental y Tracia, Creta y Dubrovnik-Nereteva– a «trabajar en la misma dirección aprovechando al máximo los esfuerzos y recursos conjuntos», viene a complementar además otras actuaciones para la conservación de este espacio en las que desde hace años viene trabajando la Junta.
Entre otras, la Consejería ha destacado la Red de Información Ambiental de Andalucía, que integra «toda la información relevante sobre el litoral y medio marino andaluz», así como la Gestión Integrada de Zonas Costeras, estrategia pionera que sirve de marco para la gobernanza del litoral y que «permite que administraciones, agentes económicos y sociales puedan compartir y coordinar las decisiones que afectan al futuro del territorio».
El litoral andaluz
Según datos de la Junta, Andalucía es una de las regiones más extensas y pobladas de la UE, con más de 1.100 kilómetros de costa que posee «un gran interés ambiental», ya que en ellos se encuentran representados 60 tipos de hábitats, incluidos en la directiva europea, que dan cobijo al 40 por ciento de las especies de flora amenazada; mientras que los fondos marinos albergan la «mayor diversidad» de los mares europeos, con más de 1.950 especies de flora y fauna marina.
La costa andaluza, en la que uno de cada tres kilómetros –335 en total– se encuentra amparado por alguna figura de protección ambiental debido a sus «excepcionales valores naturales», sigue siendo «un importante foco de atracción turística», donde el turismo constituye «el principal motor económico».
La franja litoral acoge también, según subraya la Consejería, «gran parte de los cultivos más competitivos y la agricultura más moderna», por lo que «la apuesta por la sostenibilidad de este enclave es fundamental para garantizar el bienestar de los ciudadanos y generaciones venideras».
Fuente: Ecoticias
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