Un grupo de investigadores catalanes construyen una planta de tratamiento de aguas residuales en Viladecans (Barcelona) para producir biogás metano y bioplásticos biodegradables.
Se trata de científicos del grupo de Ingeniería y Microbiología del Medio Ambiente (Gemma) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC ) que buscan cómo producir nuevos recursos energéticos y productos de alto valor a partir de las aguas residuales depuradas de origen urbano, industrial y agrícola.
Las soluciones que propone incluyen la recuperación de energía en formato de metano y la obtención de otros productos como ácidos orgánicos, bioplásticos, fertilizantes biológicos o agua para riego.
Hasta ahora, las aguas residuales urbanas se tratan y, una vez tratadas, se vierten al río o al mar, o se utilizan para regar, pero en pequeños porcentajes.
En Cataluña, uno de los lugares del España donde más se reutiliza, sólo se aprovecha un 10 % de estas aguas para regar.
Aguas residuales llegan a una depuradora. El proyecto del Gemma es desarrollar tecnologías innovadoras y sostenibles para tratar aguas residuales que, a la vez, generarán productos de valor añadido y un residuo cero. EFE/J.J. Guillén.
Soluciones a la escasez y contaminación del agua
Según la UPC, la escasez y la contaminación del agua es uno de los principales problemas medioambientales actuales y la gestión de este recurso adquiere especial relevancia en países como los de la cuenca del Mediterráneo.
Según los expertos, para hacer frente a este problema se tendrían que llevar a cabo diferentes estrategias de tratamiento y reutilización del agua y hacer un uso responsable.
Por eso, la UE ha puesto en marcha el proyecto Incover, iniciado el pasado mes de junio, y que lleva a cabo la UPC para encontrar nuevas soluciones relativas al tratamiento y reutilización del agua.
Aguas residuales con residuo cero
El principal objetivo es desarrollar tecnologías innovadoras y sostenibles para tratar aguas residuales que, a la vez, generarán productos de valor añadido y un residuo cero.
En el marco del proyecto Incover, el grupo de investigación dirigido por el profesor Joan García, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona, está construyendoo una de las tres plantas de tratamiento en el terreno experimental de la UPC en Viladecans.
El objetivo es tratar agua residual mediante microalgas, un tratamiento ‘verde’ que no necesita productos químicos y ha demostrado ser eficiente en la eliminación de nutrientes y otros contaminantes.
Cultivar algas y biomasa
Las propiedades de estos bioplásticos es que son totalmente biodegradables y sirven para usos
en biomedicina , embalajes y envases. EFE/Román Ríos
La UPC implantará tres fotobiorreactores para cultivar las algas, con una capacidad cada uno de 10 metros cúbicos, que serán alimentados con aguaresidual doméstica y agrícola y en los que crecerán las algas y la biomasa.
La biomasa será luego separada del agua tratada y digerida mediante codigestión anaeróbica, para obtener biogás metano.
Según la UPC, el agua tratada en estos fotobiorreactores será sometida también a ultrafiltración y desinfección solar y podrá ser utilizada para el riego.
Bioplásticos, propiedades
Otra novedad de este tratamiento es la capacidad de cierto tipo de algas -las cianobacterias, o algas verdeazuladas- para producir bioplásticos adaptando las condiciones de los fotobiorreactores, que puede favorecer el aumento de la población de estos organismos, capaces de sintetizar y acumular bioplásticos en forma de gránulos en el citoplasma de la célula como reserva de nutrientes.
Los expertos de la UPC han asegurado que las propiedades de estos bioplásticos son muy similares a las de los plásticos tradicionales que provienen de la industria petroquímica y con la ventaja de que son totalmente biodegradables.
También investigan utilizarlos en biomedicina (prótesis) y, sobre todo, en el mercado de los embalajes y los envases.
La línea de tratamiento de esta planta piloto de la UPC se ha diseñado para tratar un volumen de 3.000 a 5.000 litros diarios de agua residual, el equivalente a un pequeño edificio de viviendas.
Los científicos prevén que se podrá llegar a conseguir unos 3,5 kilogramos de bioplásticos al día.
Fuente: Efeverde
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