El Gobierno español y el portugués presentarán el próximo 15 de enero en la Comisión Europea un plan estratégico para eludir la captura cero de la sardina ibérica que reclaman algunos organismos científicos por ser una especie en riesgo de extinción. En lugar de prohibir totalmente la pesca, los dos países proponen mantener una moratoria hasta el próximo 1 de junio y capturar solo entre 13.500 y 15.000 toneladas.

Si la Comisión Europea aprobara esta propuesta, los pescadores españoles y lusos solo retrasarían tres meses la campaña de pesca. Tradicionalmente, la pesquería de la sardina se cierra entre el 1 de enero y el 1 de marzo. Al prolongar la moratoria, se daría más tiempo a la especie para recuperarse y se aprovecharía en verano cuando tiene más grasa y está en su mejor momento. Los dos países también quieren identificar las zonas donde hay más población juvenil de sardinas y convertirlas en santuarios donde estaría prohibida su captura.

Portugal y España creen que estas medidas permitirían una pesca sostenible y evitarían un varapalo a los pescadores de sardina ibérica («sardina pilchardus»), la más apreciada por su textura y sabor, la que se pesca en las aguas del golfo de Cádiz, el mar Cantábrico y en el Atlántico de Galicia y Portugal.

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Moratoria o prohibición completa

Si obedece a las recomendaciones científicas, la Comisión Europea podría decidir la prohibición completa de su pesca. Si sucediera, en nuestras mesas habrá este verano sardinas procedentes de aguas mauritanas, francesas o marroquíes, pero no estarían las más sabrosas, las que se pescan en aguas portuguesas, gallegas, asturianas, cántabras o vascas. La sardina ibérica es la más apreciada por su textura y sabor y la que se busca para las conservas gourmet.

Aunque el próximo lunes se presenta la propuesta en Bruselas, la decisión puede tardar más de un mes en llegar. El secretario general de Pesca, Alberto López Asenjo, advierte de que todos los escenarios están abiertos, aunque confía en que finalmente se opte por la pesca sostenible. «Nuestra propuesta es robusta y compatible con la recuperación de la especie. La clave está en la cuota que nos asignen. Por debajo de 8.500 toneladas sería una parada técnica», dice.

Tragedia para la pesquería

La voz de alarma sobre el riesgo de estos pequeños peces de lomo azul, la dio hace unos meses el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), un organismo científico que vela por los recursos naturales del Atlántico Norte. En su último informe recomendó prohibir por completo su pesca en aguas del Cantábrico y del Atlántico. En el peor de los escenarios, el parón podría prolongarse durante 15 años para dar tiempo a la sardina ibérica a recuperarse.

Esto sería una tragedia para Portugal, considerado el mayor consumidor de sardinas. Pero también para España, especialmente para la flota del Golfo de Cádiz.

Fuente: ABC