Si no logramos fortalecer la resiliencia urbana ante los impactos del cambio climático, “a las ciudades les costará más de 300 mil millones de dólares cada año” asegura la jefa de la oficina de ONU-Habitat en España, Carmen Sánchez Miranda.
Para esta experta de Naciones Unidas las ciudades “están al frente de la lucha contra el cambio climático y la COVID-19”, no en vano en ellas se concentra mas de la mitad de la población mundial, y en torno al 80% de la española por lo que “los cambios de comportamiento de esa masa crítica urbana, son clave”.
Enfatiza la “urgencia de la acción climática” algo que ONU-Hábitat ha remarcado en el Octubre Urbano, una iniciativa para impulsar el diálogo global en torno a los principales desafíos que enfrentan las ciudades y para mostrar los logros y preocupaciones de las poblaciones urbanas ante la COP26.
Reducir la vulnerabilidad y la exposición a los riesgos generados por la pandemia de la COVID-19 y por la crisis climática es un proceso que requiere la participación de todas las partes interesadas, añade Sánchez Miranda.
Para ello reclama reclama políticas urbanas más decididas y cambios de comportamiento generalizados” que sean capaces de producir una transición significativa hacia una normalidad más verde, más justa, más saludable y más resiliente”.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y la Nueva Agenda Urbana, incluyen compromisos para promover la adaptación al cambio climático y la construcción de la resiliencia de las ciudades, pero el porcentaje de la financiación climática global para una mejor adaptación no llega al 20% y también están “rezagadas” las inversiones en resiliencias.
En este sentido los fondos de recuperación frente a la COVID-19 serán también una oportunidad para la reconstrucción verde y sostenible.
Recuerda que se trata de cuestiones urgenes porque las ciudades son, además, las que están sufriendo cada vez más los efectos del cambio climático como inundaciones, sequías, aumento del nivel del mar, olas de calor, tormentas o deslizamientos de tierra.
“Los riesgos de desastres provocados por el clima son de alguna manera impredecibles, pero no lo es la vulnerabilidad de los entornos donde éstos ocurren”, argumenta Sánchez Mirada,
Por este motivo es necesario, añade la experta, acelerar la acción para asegurar que nadie y ningún lugar se quede atrás y lograr que las próximas generaciones puedan disfrutar de un mejor futuro urbano.
Fuente: EFE Verde
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