Así se recoge en unas conclusiones aprobadas ayer por el Consejo de ministros europeos de Medio Ambiente, en las que se reconoce que, aunque se han hecho «esfuerzos sustanciales» en la gestión de los recursos hídricos europeos, «son necesarios más esfuerzos significativos y acciones adicionales».
El documento subraya que solo el 53 % de las aguas europeas cumplirá con el objetivo de calidad marcado por la Directiva Marco del Agua (DMA), principal legislación sobre la materia, para 2015.
«España está de acuerdo con el texto, sabiendo que partimos de una situación inicial muy mala porque la herencia que recibió el Gobierno ha sido lamentable en materia de aguas», señaló el ministro español de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, a su llegada a la reunión.
Arias Cañete mostró el compromiso del Ejecutivo por remediar esta situación y «recuperar el tiempo perdido», en lo que aseguró que ya se está trabajando, en cuestiones como los planes de gestión de las cuencas hídricas.
Para hacer frente a esta situación, los Veintisiete se decantaron por centrarse en aplicar mejor las normas europeas sobre el agua y en coordinar mejor los objetivos planteados en las mismas con los que están establecidos en otras políticas, como agricultura, pesca o lucha contra el cambio climático.
«El actual marco legal de la UE en materia de aguas es extensivo, flexible y esencialmente adecuado para hacer frente a los retos que se plantean en el medioambiente acuático», señala el texto.
De este modo, los Estados miembros coinciden con el plan presentado recientemente por la Comisión Europea para mejorar la calidad del agua, que se centra en cuestiones como la mejora de la aplicación de la legislación comunitaria sobre aguas, con el reforzamiento del principio «quien contamina, paga», que también obtuvo el respaldo de los Veintisiete.
La integración con otras políticas y la eliminación de las lagunas en la legislación vigente son los otros dos pilares de este plan, que planteaba también que los países asumieran objetivos en materia de eficiencia hídrica, un punto que no ha sido respaldado por el Consejo.
La Directiva Marco del Agua se aprobó en 2000 para proteger las aguas y recuperar su limpieza en toda Europa, además de garantizar su uso sostenible a largo plazo.
Ésta establecía el objetivo de que todas las aguas (por ejemplo, lagos, ríos, arroyos y acuíferos subterráneos) se encuentren en buen estado para 2015.
Los Veintisiete también abordaron el nuevo plan de acción comunitario hasta 2020, centrado en avanzar hacia una economía baja en emisiones de CO2 y más eficiente en el uso de los recursos.
La UE cuenta con «muchas propuestas en este sentido», dijo en rueda de prensa la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, quien destacó la necesidad de «aumentar el nivel de ambición» entre los Estados miembros.
Hedegaard valoró el acuerdo logrado en la conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático celebrada recientemente en Doha, un tema que fue tratado por los Veintisiete en el almuerzo del Consejo.
No obstante, la comisaria europea mostró su confianza en que Europa «pueda continuar trabajando duramente para lograr sus objetivos y avanzar así unos pasos», a fin de lograr una mayor influencia en las negociaciones internacionales.
El ministro chipriota del ramo, Sofoclis Aletraris, afirmó que la UE «logró sus objetivos» en Doha y señaló que el acuerdo «permite ser más ambiciosos a nivel internacional sobre cambio climático».
Por su parte, Arias Cañete afirmó que es «muy positivo» que se lograra un acuerdo en este encuentro, aunque reconoció que «es limitado».
Documento: Conclusions on a blueprint to safeguard Europe’s water resources
Fuente: EFE y www.consilium.europa.eu/
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