El comisario europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, instó ayer al Gobierno irlandés, que asumirá la presidencia comunitaria el próximo 1 de enero, a avanzar en las «políticas verdes» como paso «clave» para superar la crisis.
Potocnik efectuó esas declaraciones durante una vista a Dublín, donde se reunió con el ministro irlandés de Medio Ambiente, Phil Hogan, para analizar la contribución de este país durante su turno al frente de la Unión Europea (UE) en el primer semestre de 2013.
El comisario aseguró que Europa está ante una oportunidad de superar las dificultades económicas si reconoce la importancia de la inversión de esfuerzos y dinero en «políticas ecológicas», como lo demuestra que el empleo en el «sector verde» ha crecido en torno a un «3 por ciento» cada año desde el comienzo de la crisis.
«Se calcula que el mercado global de ecoindustrias en la UE tiene un valor de al menos un billón de euros y se espera que este se duplique durante los próximos diez años», explicó el comisario en una intervención en el Instituto Internacional de Asuntos Europeos de Dublín.
En este sentido, apuntó Potocnik, el Gobierno irlandés asumirá la presidencia comunitaria cuando eche a andar un nuevo plan orientado a mejorar la calidad del agua de la UE, uno de los «recursos más infravalorados», aunque de gran importancia para países del sur de continente, como España.
Durante su presentación la pasada semana en Bruselas, el comisario explicó que el plan consta de tres vertientes: la mejora de la aplicación de la legislación comunitaria sobre aguas, la integración con otras políticas y la eliminación de las lagunas en la legislación vigente.
«Hemos efectuado progresos respecto a la calidad del agua durante la última década, pero todavía tenemos un problema, tanto a nivel de calidad como de cantidad», apuntó el dirigente comunitario.
Si la adecuada aplicación de la legislación vigente es importante, insistió, también lo es la integración de la cuestión del «agua» en otras áreas, como «la agricultura, la pesca, el transporte y la energía», para lo cual «necesitamos inversión».
En su opinión, la UE debe «mejorar la eficiencia del agua y mantener las ventajas que ofrecen innovadores enfoques respecto a la gestión y el uso» de este recurso.
Potocnik destacó que las nuevas medidas prevén fortalecer la aplicación del principio «quien contamina paga», sobre todo en la agricultura, mediante la medición del nivel de calidad de las aguas, el desarrollo de nuevas metodologías para la fijación de precios del agua y una mejora de los análisis económicos.
También se tratará de reforzar la eficiencia en el uso de las aguas en los edificios, así como su reutilización, a través de «diseños ecológicos», mientras se fijarán nuevos objetivos de eficiencia para que los países miembros mejoren la gestión de sus cuencas hidrográficas.
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