Más de 36.000 ejemplares de cigüeña blanca viven también durante el invierno en España, según el III Censo Nacional de Cigüeña Invernante. Apunta a una estabilización de la población de la especie en el territorio nacional, después de décadas de incremento sostenido.
El anterior censo, del año 2004, contabilizaba 5.000 cigüeñas blancas menos en invierno en el conjunto del país. Sin embargo, en la actualidad este nuevo censo –realizado con 2.000 voluntarios– refleja que la población invernante oscila entre los 36.217 y 37.556 ejemplares en toda España.
La ONG conservacionista SEO/Birdlife destaca que el crecimiento respecto a 2004 es de apenas 5.000 ejemplares, lo que apunta a la hipótesis de que la población no estaba creciendo como en las décadas anteriores y que de nuevo la actividad humana esté influyendo en esa dinámica. También valora que podrían estar permaneciendo también centenares o miles de ejemplares que crían en el centro y norte de Europa en algunos países más septentrionales al nuestro.
Otra de las posibilidades que podrían apuntalar esta estabilización está en el cierre de basureros y en los cambios en los cultivos, lo que para SEO/BirdLife es un «nuevo aviso» sobre los efectos de la actividad humana sobre la biodiversidad.
El censo fue realizado en el mes de octubre con la colaboración de 2.000 voluntarios del programa de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife, el apoyo de Red Eléctrica de España y la participación de la Federación Española de Municipios y Provincias. Se publicó el pasado 3 de febrero cuando según dice el refrán ‘Por San Blas la cigüeña verás’.
El técnico de la ONG Blas Molina explica que se trata de un nuevo trabajo de ciencia ciudadana para obtener información y poder seguir trabajando en la conservación de las aves, en este caso, de una especie «que ha sido y sigue siendo símbolo de nuestros pueblos».
Resultados autonómicos
Los resultados muestran una tendencia negativa de la especie en Extremadura y en Andalucía, que cuentan con cifras inferiores al censo anterior de 2004. En concreto, la población de Sevilla se ha reducido un 63 por ciento, mientras en Extremadura se ha observado una caída del 82 por ciento en Cáceres y del 51 por ciento en Badajoz.
Por el contrario, la población parece empezar a extenderse más por el norte de España con crecimiento en la población catalana, muy ligada a la alimentación en basureros, en Navarra, Castilla y León y Aragón con pequeñas zonas de invernada en País Vasco o Galicia, lo que corrobora que cada vez más ejemplares se quedan cada temporada a pasar el invierno en latitudes más norteñas (antes casi todas pasaban el invierno en Andalucía y Extremadura).
Uno de los núcleos importantes de invernada es Madrid, con una población que supera las 5.000 cigüeñas que hacen acopio de alimento en los principales vertederos de la comunidad, aunque parece muy mermada la población de Alcalá de Henares por el cierre de su basurero local.
«Es posible que el cierre de basureros y otros de gestión de residuos así como cambios en los cultivos puedan estar influyendo en la tendencia de la población invernante de la cigüeña blanca y su distribución en esa época en nuestro país. La reducción de basura con acceso a las aves y el reciclaje de materia orgánica son dos de esos cambios de gestión de residuos», explica Molina.
Asimismo, añade que algunas zonas de alimentación como áreas de regadíos en Extremadura se han transformado en cultivos superintensivos de especies leñosas como olivo y almendro y también han desaparecido arrozales y en otros casos han sido ocupados y sustituidos por parques y plantas fotovoltaicas.
Fuente: La Vanguardia, Europa Press
Deja tu comentario