El diez por ciento de las más de 230.000 especies conocidas que habitan mares y océanos están en peligro de extinción advierte la Presidenta de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en España, Carol Portabella, con ocasión de la conmemoración, este jueves 8, del Día Mundial de los Océanos.
Además, se calcula que otros dos millones de especies están por descubrir, mayormente en sus profundidades destaca Portabella en un artículo para EFEverde.com de la Agencia EFE en el que apunta a la exploración y conservación de estos territorios como asignaturas pendientes.
No en vano, los océanos ocupan 360 millones de kilómetros cuadrados (el 71% de la superficie de nuestro planeta), un espacio mayor que todos los continentes juntos, pero apenas el 10% ha sido explorado y menos del 20% cartografiado, señala.
Capaz de suministrar el 50% del oxígeno que respiramos, lo mismo que las masas vegetales terrestres (…) y de absorber el 30% del dióxido de carbono que producimos, el océano juega un papel determinante en el equilibrio medioambiental y en la regulación del clima pero también, como fuente de proteína de tres mil millones de personas, recuerda Portabella.
“Se trata -añade- de una inmensidad inexplorada, donde hasta ahora solo el 1,2% está protegido” por será fundamental que 60 países ratifiquen y adopten el Tratado de Alta Mar, o “Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional”, aprobado el pasado marzo.
Debería ser durante la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que tendrá lugar en junio de 2025 en Niza, Francia, recuerda la presidenta de la FPA2 de Mónaco en España.
Un acuerdo, destaca, que tras cinco años de negociaciones, recoge los principales retos para la correcta conservación y uso de los recursos de la Alta Mar, priorizando la protección del medio ambiente y la biodiversidad marina.
Este tratado establece herramientas de gestión para las nuevas áreas marinas protegidas, el reparto justo de los beneficios científicos o comerciales, compartiendo los beneficios de los recursos genéticos marinos, implementando la realización de informes de impacto ambiental para las actividades que puedan generarlos, y la creación de un organismo de control, detalla.
Un marco legal que, enfatiza, “impedirá también la práctica de actividades ilegales como la piratería, la pesca descontrolada, el vertido de contaminantes y otras actividades que ponen en peligro el futuro de la Alta Mar y por lo tanto del Océano, y de nuestra especie”.
Fuente: EFEVerde
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