Suecia y Noruega quieren acabar con el impuesto sobre la incineración, una propuesta que pretende producir más electricidad y no depender de los combustibles fósiles, y reducir el vertido.
La crisis en Europa no sólo ha demostrado lo expuestos que estamos en materia de energía, sino también que existe un gran potencial no aprovechado en el tratamiento eficiente de residuos. Según datos de la Comisión Europea, 52 millones de toneladas de residuos urbanos europeos fueron a parar a los vertederos en 2020, una suma que conlleva importantes emisiones de gases metano.
Ante la necesidad de una solución, los países escandinavos quieren eliminar el impuesto sobre la incineración. En el caso de Suecia, el gobierno ha presentado una propuesta para eliminar dicha tasa con el fin de crear mejores condiciones para producir más electricidad y no depender de los combustibles fósiles. Por su parte, Noruega ha pedido eliminar este impuesto aprobado a principios de 2022 – unos 20 euros por tonelada de CO2, o unos 10 euros por tonelada de residuos que se incineran -.
En este sentido, Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, apoya la visión de los países escandinavos para la eliminación de los impuestos directos sobre la incineración de residuos. “No cabe duda de que la eliminación de estas tasas en esta zona tendrá un efecto global positivo sobre el medio ambiente. A largo plazo, reducirá el vertido porque será más barato utilizar más residuos para su recuperación energética en las instalaciones más eficientes de Europa en lugar de enviarlos a un agujero con las consecuencias medioambientales que eso conlleva”, afirma Rafael Guinea, presidente de Aeversu. “Mientras en Suecia o Noruega están eliminando esta tasa manteniendo o subiendo la del vertido, en España se está implantado excluyendo solo a la coincineración, que consume combustibles fósiles. Lo coherente es mantener sólo la tasa para el vertedero para fomentar el reciclaje y la valorización, al menos durante la actual crisis energética”, argumenta.
Energía barata, autóctona y fiable
La conversión en energía de los residuos no reciclables gracias a la valorización implica la generación de energía barata, autóctona, fiable y neutra. “Somos el país de la UE que más residuos destina a enterramiento en vertedero, cada año más de 11,8 millones de toneladas, y no se está teniendo en cuenta el importante potencial de la valorización energética para solucionar la crisis energética”, recuerda Guinea.
Concretamente, basándose en cálculos realizados por Aeversu, el precio medio de la energía en 2022 ha sido de 232,46 €/MWh, ello supondría que el valor de mercado de esa energía que se desperdicia en en los vertederos sería de aproximadamente 1.808 M€/año.
Considerando que cerca de 12 millones de toneladas van a vertedero, la energía que se podría obtener de estos residuos sería, aproximadamente, 7.800 GWh/año, el equivalente a las necesidades de 2,25 millones de hogares o al consumo de 5,5 millones de personas.
“Estamos enterrando millones de KWh de energía barata, autóctona, fiable y neutra, y a cambio compramos energía a precios muy elevados, externa y fósil. La necesidad de reconsiderar esta opción es importante. Desde Aeversu vemos la necesidad de que España haga una moratoria a la tasa de incineración y mantenga sólo la de vertido. Tenemos que aprovechar la energía que estamos desperdiciando”, concluye Guinea.
Fuente: FuturENVIRO
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