Desde hace algunos meses nos han llegado noticias sobre el peligro que conllevan las granjas de visones americanos. Diversos científicos han demostrado que este mustélido, cuyo nombre científico es Neovison vison, además de ser portador del COVID-19, puede trasmitirlo a los seres humanos por el proceso llamado zoonosis. Además, se ha comprobado que la variante de coronavirus que trasmite es más contagiosa y por ello ya países como Holanda o Dinamarca tomaron la decisión de sacrificar a millones de ellos para evitar la propagación del virus.
Este verano se sacrificaron también miles de ejemplares en granjas del norte de España ya que se detectaron visones portadores de esta cepa y de ahí que se tomaran esas medidas de emergencia.
Pero la noticia que ha saltado hace unos días nos deja más preocupación en esta situación. Se ha revelado que, en los planes de control de poblaciones que se están llevando a cabo en zonas de levante, se han detectado varios ejemplares portadores. Suspendiéndose por ello las capturas y los planes de gestión sobre esta especie invasora que cuenta con un gran potencial colonizador. Se trata de dos ejemplares encontrados muertos y que son los dos primeros casos de visones silvestres analizados en los que se ha encontrado el virus.
No se descarta que procedan de granjas cercanas, ya que esta especie exótica invasora procedente de Norteamérica se introdujo para las industrias peleteras y pronto saltaron a los ecosistemas cercanos por escapes de las granjas. Esto ha provocado que su extensión actual sea grande, aunque no muy preocupante, en la zona centro, noreste y noroeste peninsular.
Sus hábitats están ligados siempre al agua: embalses, ríos, lagos o incluso el mar, con zonas de matorrales o rocas para construir sus madrigueras. Su hábito alimenticio polífago le hace muy destructivo con muchas de las especies de anfibios, reptiles, aves y peces autóctonos. Además, tiene un comportamiento muy territorial, compartiendo el mismo nicho ecológico que el visón europeo Mustela nutreola, provocando así su desplazamiento y disminución de las poblaciones.
Otro dato negativo para los visones europeos es que esta EEI es portadora de la ADV, una enfermedad provocada por un parvovirus que puede trasmitir también a otros mustélidos.
Los planes de gestión y control de esta especie se llevan desarrollando desde hace casi dos décadas en muchos lugares debido a la suelta involuntaria procedente de las granjas peleteras que han ido incrementado las poblaciones en los lugares mencionados. El problema se sitúa ahora en este nuevo hallazgo de trasmisión zoonótica que impide que se puedan llevar a cabo estos planes temporalmente, perdiéndose oportunidades de controlar las poblaciones silvestres.
Esperamos que próximos estudios puedan esclarecer si la trasmisión del SARS – COV 2 sea posible a otras especies de mustélidos autóctonos como la marta, el hurón o la nutria, ya que esto pondría más problemas sobre muchos de estos animales, ya de por sí amenazados.
Ernesto Ahijado es docente del ISM del curso Gestión de Especies Exóticas Invasoras, en el que se formará al alumno en las principales especies invasoras en España y Europa y sus consecuencias en el medio.
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