La generación de residuos es uno de los retos ambientales más complicados al que se enfrenta actualmente la sociedad. Debido al desarrollo de la misma, el volumen de generación de residuos a escala global sufre un incremento continuo.
El abandono o la gestión inadecuada de los residuos produce impactos notables en los medios receptores y puede provocar contaminación en el agua, en el suelo, en el aire, contribuir al cambio climático y afectar a los ecosistemas y a la salud humana. En cambio, cuando los residuos se gestionan de forma adecuada, se pueden convertir en recursos que contribuyan al ahorro de materias primas y garanticen la sostenibilidad económica, con un efecto positivo sobre la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas.
En los últimos tiempos hay 2 términos que se postulan como líderes de audiencia en el sector ambiental: Economía Circular y ZeroWaste.
El modelo de la Economía Circular (EC) persigue invertir la pirámide actual de la gestión de residuos, maximizando las acciones de prevención y valorización de residuos (reutilización, reciclado o valorización energética).
Nos vamos a centrar en el concepto de ZeroWaste, ¿qué representa, y cómo se puede alcanzar?
Llevado a una realidad tangible y que pueda ser entendido fácilmente, el ZeroWaste es un concepto convertido en “movimiento” por el que una persona, grupo, empresa, comunidad o municipio analiza los procesos de generación de sus residuos, y propone medidas para la minimización, reutilización, conversión en “subproducto”, o alcance del “fin de condición de residuos”; estos dos últimos transferidos en base a lo especificado por la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados, y posteriores modificaciones. Como bien indica su nombre, el objetivo final y real que debería busca este concepto es la no generación de residuos.
Hasta hace pocos años solo había “un puñado” de proyectos que estaban trabajando en la línea del objetivo ZeroWaste. Entre ellos cabría destacar el proyecto ZeroCabinWaste (desarrollado entre Ecoembes, Ferrovial Servicios, Iberia, GateGourmet, y ESCI), que busca 4 objetivos claramente diferenciados:
- Demostrar que con buenas prácticas de gestión se puede mejorar el sistema actual, facilitando la recuperación y reciclado de los residuos generados en el avión.
- Demostrar que los residuos de Cat. 1, pueden tratarse de una manera más respetuosa con el medio ambiente, ya que actualmente, por normativa española, el tratamiento para estos residuos, procedentes de países no comunitarios, es el vertedero o la incineración.
- Disminuir la huella de carbono asociada a la actual generación y tratamiento de los residuos generados en cabina.
- Replicar el proyecto en el aeropuerto de Heathrow, a través de protocolos estandarizados. Siendo una de las bases de éste su enfoque integral y potencial de replicación.
Lo que sí está claro, es que en los últimos años el número de empresa que trabajan en la línea del ZeroWaste ha crecido exponencialmente. Concretamente los últimos 2 años se han convertido en una carrera frenética para las empresas del IBEX35 por alcanzar el “tan soñado” ZeroWaste; y es evidente que ésta “obsesión” de las multinacionales españolas tiene una causa y unos objetivos, que bajo mi criterio son:
I. El ZeroWaste es un concepto innovador y de Economía Circular, por lo que las empresas lo están considerando como un proyecto clave dentro de la estrategia de marketing, teniendo en cuenta que los conceptos ZeroWaste y Economía Circular juntos, garantizan un impacto significativamente positivo en la imagen corporativa de la empresa desde el punto de vista de la Sostenibilidad.
II. El ZeroWaste se puede certificar en base a una normalización de AENOR. Es un concepto desvirtuado que favorece a la empresa o entidad que se certifica; ya que el nombre da a entender que se consigue la generación de cero residuos, sin embargo, lo que hace es reconoce a aquellas organizaciones que valorizan las distintas fracciones de residuos que generan, dentro del alcance definido, evitando que tengan como destino final la eliminación en vertedero. Este esquema no implica la no generación de residuos sino una gestión organizada de los mismos que permita reducir su generación, prepararlos para ser reutilizados y/o transformar el residuo en materias primas, reintroduciéndolas en la cadena de valor.
III. El concepto ZeroWaste, se enmarca en la línea de actuaciones de la OCDE, PNUMA, G20, PEMAR, Unión Europea y España en lo relativo a Economía Circular, lo que da una ventaja competitiva a la empresa o entidad que se certifica en relación a posibles licitaciones de carácter público y/o privado.
Fuere en motivo que fuere, el ZeroWaste es un concepto que está de moda dentro de la RSC de las empresas, especialmente IBEX35, y los defensores del medio ambiente y del sector residuos debemos “estar de enhorabuena”, ya que impulsa la apuesta de las empresas por lo que pronto denominaremos Economía Circular de los Residuos (ECR).
Jonatan es docente del curso Valorización de Residuos que impartimos en el ISM, así que si quieres adquirir más conocimiento sobre el mundo de la gestión de residuos o especializarte en un sector en continuo crecimiento tanto desde el punto de vista técnico como de su mercado laboral, te invitamos a participar en el curso Valorización de residuos
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