La semana pasada el ISM participó en la VII edición del Foro de Postgrado, cita ineludible para todo aquel licenciado, graduado, ingeniero que contempla dentro de sus planes formativos la realización de un programa de postgrado.
La participación en la feria es una experiencia motivadora pues permite entrar en contacto con jóvenes que quieren continuar mejorando y especializándose en el sector ambiental para lograr alcanzar sus objetivos profesionales. Además, el hecho de conocer sus ambiciones y expectativas hace que la implicación en el proceso enseñanza-aprendizaje durante el tiempo que se encuentran formándose con nosotros vaya ligada a la necesidad e interés por estimular sus capacidades, ayudándoles a crecer como profesionales y también como personas.
También año tras año se puede comprobar cómo evolucionan los recién graduados y cómo la generación de alumnos que en estos últimos años ha terminado sus estudios superiores o se encuentra a punto de finalizarlos tienen inquietudes que van más allá de poseer unos conocimientos técnicos concretos. Son alumnos que demandan una formación que incida también en las habilidades sociales, tan necesarias en el desempeño de la labor profesional, y en un trabajo constante de orientación laboral que les ayude a lograr una mayor empleabilidad y a ser más competitivos frente a otros candidatos de similares características a lo largo de su carrera profesional.
Además, en estos eventos siempre existen actividades que aportan a los participantes un valor añadido pues se diseñan para estimular e incitar a los asistentes a tener en cuenta algunas opciones y aspectos que no se habían planteado con anterioridad. Eso es lo que pretendimos con la organización del Espacio Social Green en el que emprendedores ambientales y sociales nos hablaron de sus experiencias sobre cómo generar nuevos modelos de negocio con criterios de sostenibilidad y cómo sacar el máximo partido a nuestro perfil profesional dentro de los sectores del medio ambiente en los que existen mayores posibilidades de encontrar empleo.
En definitiva, este tipo de eventos son claros ejemplos de la importancia de conocer bien a nuestros alumnos. El hecho de saber hasta dónde se les puede exigir y cuánto están dispuestos a esforzarse nos permite incentivar sus potencialidades y desarrollar al máximo sus capacidades. Igualmente saber qué es lo que esperan de nosotros nos ayuda a continuar esforzándonos para seguir mejorando nuestro modelo educativo y la calidad de nuestros programas.
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