Seguramente, la mayoría hemos oído hablar de los organismos indicadores y su utilidad para la catalogación de la calidad del agua a través de índices biológicos, los cuales han tomado gran valor e interés como consecuencia de los trabajos a realizar en los ciclos de planificación hidrológica, a partir de la entrada en vigor de la Directiva Marco del Agua.
La Directiva 2000/60/CE, de 23 de Octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas o Directiva Marco del Agua (DMA) nace como respuesta a la necesidad de unificar las actuaciones en materia de gestión de agua en la Unión Europea. Su entrada en vigor supone un importante giro al enfoque de la planificación hidrológica que hasta la fecha se aplicaba en nuestro país, al buscar como último objetivo el buen estado de todas las masas de agua (superficiales, subterráneas, de transición y costeras) y el uso sostenible de los recursos.
Por ello, se hace necesario para las Demarcaciones Hidrográficas, a través generalmente de empresas consultoras, realizar una evaluación del estado de las masas de agua para identificar aquellas que cumplen con el buen estado; y para aquellas masas de agua que no lo alcancen, y en función de las presiones a las que se vean sometidas, establecer medidas con objeto de alcanzar el buen estado en el año horizonte del ciclo hidrológico.
Centrándonos en las aguas superficiales tipo río, el estado de una masa de agua se define como el peor de dos posibles estados: el ecológico y el químico. El estado de una masa de agua engloba pues al estado ecológico y químico. Así una masa puede tener un estado inferior al bueno, como consecuencia de tener un mal estado químico y, sin embargo presentar un buen estado ecológico como resultado de sus indicadores biológicos.
El estado químico describe si la concentración de contaminantes (prioritarios y peligrosos) excede o no los valores límite establecidos en la legislación; mientras que el estado ecológico es fundamentalmente una expresión de la calidad de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas acuáticos asociados, que se evalúa a través de parámetros fisicoquímicos e índices biológicos, tales como el IBMWP (basado en los macroinvertebrados) o el IPS (basado en las diatomeas).
Otros conceptos para evaluar el estado ecológico son: el de ecotipo de las masas de agua, las condiciones de referencia y los valores de corte de las clases de estado de los distintos indicadores empleados: fisicoquímicos, biológicos e hidromorfológicos. Un ecotipo es un conjunto de tramos de ríos con características homogéneas (altitud, latitud, longitud, geología, pendiente, precipitaciones, temperatura, etc)
Las masas de agua en muy buen estado (prístinas) o con muy escasa alteración sirven para establecer las condiciones de referencia de los ecotipos a través de índices físico-químicos y biológicos. Mediante comparación del estado de una masa del mismo ecotipo (en las estaciones de la red de control o seguimiento de una cuenca hidrográfica) con dichas condiciones en las estaciones de referencia, se puede valorar el estado de las masas de agua alteradas por la acción humana.
El estado ecológico se expresa mediante un índice de calidad que relaciona los valores de los índices biológicos observados en una masa de agua superficial y los correspondientes a las condiciones de referencia aplicables. El índice se expresa como un valor numérico variable entre 0 y 1, donde un estado ecológico muy bueno está representado por valores cercanos a 1. Así, a mayor brecha de las condiciones de referencia, se obtendrán estados cada vez peores, siguiendo las 5 clases que se establecen en la DMA: Muy bueno, Bueno, Moderado, Deficiente o Malo.
Para llegar a ello es necesario conocer los límites (numéricos) de cambio de clase de calidad. Éstos se recogen en los anejos de la Instrucción de Planificación Hidrológica (Orden ARM/2656/2008, de 10 de septiembre) que en la actualidad están en revisión en un Proyecto de Real Decreto por el que se establecen los Criterios de Seguimiento y Evaluación del Estado de las Aguas y las Normas de Calidad Ambiental.
Con todo lo expuesto, ya podemos responder a la siguiente pregunta. ¿Un mismo valor de un índice basado en un determinado indicador biológico supone el mismo nivel de calidad siempre en una masa de agua que en otra?
Pues dependerá del ecotipo del que se trate. Si las dos masas tienen el mismo valor de un determinado índice y pertenecen al mismo ecotipo, la clase de calidad será la misma, pero si se trata de masas en ecotipos distintos, entonces la clase de calidad puede no ser coincidente. Es más, puede darse el caso de que el valor de un de un determinado índice, por ejemplo el IBMWP sea inferior en un ecotipo que en otro y sin embargo se corresponda con una mejor clase de calidad.
Finalmente, en otras futuras entradas podremos hablar del papel de los indicadores hidromorfológicos que hemos citado de pasada, de los contaminantes específicos para la valoración del estado químico y por ejemplo sobre qué diferencia hay entre estado ecológico y potencial ecológico y otros criterios relacionados.
Pedro Pablo Loné colabora con el ISM como docente del curso Técnico en Gestión de Ecosistemas de agua dulce. Control y evaluación del Estado Ecológico donde se profundiza en esta materia.
Muy interesante el artículo. Tiene previsto el Instituto incluir algún Curso de especialización en este área?.
Gracias