Malos tiempos. Sacrificios concentrados.

Desgraciadamente vivimos tiempos en que escuchar las noticias es un dolor. Bajada de las pensiones, subida de la edad de jubilación, bajada de la bolsa, subida del precio de la deuda soberana, reforma laboral para facilitar el despido y un sinfín de alegrías especialmente duras para la gente de a pié.

Tradicionalmente los sacrificios necesarios para  salir de la crisis se concentran en unos ciertos segmentos de la sociedad. Los trabajadores deben ser más productivos, más flexibles, más dispuestos, más comprensivos con la situación de las empresas (quieren decir de sus directivos), y una retahíla de “virtudes laborales”, propias de un “laborante ejemplar” (siempre visto de arriba hacia abajo, claro).

No se puede discutir que a toda la sociedad le toca hacer sacrificios. Todos vamos a tener que arremangarnos en mayor o menor medida durante varios años. Pero ese todos significa que los directivos de las empresas también.

Mi objetivo.

Estas líneas nacen desde la experiencia de alguien que ha tenido “la oportunidad” de tener responsabilidades de gestión y ha visto de cerca a algunos de los ¿grandes directivos? que rigen los destinos de nuestras empresas, nacionales y multinacionales.

Y nacen también en una época de crisis muy importante, de la que no saldremos mas que apretándonos el cinturón y  tirando del carro entre todos, pero en la que veo alarmantes señales de que, como casi siempre, el esfuerzo va a recaer en su mayor parte sólo en una porción de la sociedad, lo que es muy poco sostenible y nada corporativamente responsable.

A lo largo de varios blogs, si resulta de interés para vosotros, me propongo poner de manifiesto las abundantes contradicciones y disfunciones que existen en demasiadas empresas, que lastran su eficacia y productividad, y que están motivadas por un deficiente desempeño de los directivos.

Quizá haya tenido muy mala suerte, pero los ejemplos que relataré, en este y futuros blogs sobre la productividad de los directivos, son reales como la vida misma. Y son el resultado de más de 20 años trabajando en empresas privadas de diverso y variado pelaje.  En ellos iré desgranando ejemplos vividos de las “pirulas” de los directivos.

En un momento en que el objetivo es que todo sea sostenible, bueno es recordar que junto a la pata medioambiental están la económica y la social. Y los casos y ejemplos que citaré son un claro ejemplo de insostenibilidad empresarial. No hay mayor riesgo ambiental que un directivo incompetente suelto y que piensa que los galones son una patente de corso que le confieren por ciencia infusa las capacidades de que carece.

Responsabilidad de los directivos

Bastante se ha escrito sobre la responsabilidad de los directivos y responsables de la banca en la actual crisis. Y mucho más nos gustaría saber, si ello sirviera para que asumieran sus responsabilidades y recibieran un “justo premio” a su desempeño profesional.

Sin embargo, poco se habla de la necesidad de que los “directivos de todas las empresas” sean productivos, tomen decisiones acertadas, tengan visión de futuro, siembren para recoger más adelante y que no se limiten a ordeñar la vaca hasta que reviente.

Bastantes directivos, con demasiada frecuencia, no lo tienen en cuenta, porque, al fin y al cabo, si llega el caso, con sus tremendos merecimientos ya encontrarán alguien que les encargue otra vaca que ordeñar.

¿Cuándo hablamos de la responsabilidad de los directivos?

El trabajador tiene que ganarse el pan cada día. Pues bien, los directivos más todavía, con más razón y mejor, demostrando que merecen la responsabilidad que desempeñan.

Después de algo más de 25 años lamento tener que decir que he conocido muy pocos directivos (y he conocido a unos cuantos) que estén a la altura de la responsabilidad encomendada. Y temo que debe haber mucha gente a la que le haya pasado lo mismo que a mí.

¿Qué imaginas que le puede pasar a un cesto, aunque esté hecho con buenos mimbres, si está tejido sobre malas costillas? Sin duda durará poco, se desmoronará y, lo que es peor, hará que se pierda todo lo que contiene.

¿Cuándo nos ponemos de verdad con las soluciones y empezamos a hablar también de la productividad de los directivos?

José Luis Canga

Director Técnico de Abaleo S.L.

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