Como en 2020, la reducción de la movilidad por la crisis de la COVID–19 ha provocado una mejora sin precedentes de la calidad del aire, en relación al ozono troposférico. No obstante, casi 35 millones de personas han seguido respirando aire contaminado por ozono durante el verano de 2021, en el Estado español.
Una cal y otra de arena. La contaminación por ozono ha mejorado por segundo año consecutivo aunque el 73% de los españoles, es decir, tres de cada cuatro ciudadanos respira aire contaminado. Estas son las conclusiones extraídas de los datos de Ecologistas en Acción recogidos en su Informe estatal sobre contaminación por ozono en 2021.
La ONG concluye en su informe que la contaminación por ozono se ha reducido un 37%, pero advierte de que a pesar del confinamiento decretado por el coronavirus, el 73% de la población ha seguido respirando aire con más ozono troposférico que lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El análisis incluye datos recogidos en 480 estaciones oficiales de medición distribuidas por el conjunto del territorio entre el 1 de enero y el 31 de octubre.
¿Qué supone el ozono para la salud?
La ONG explica que el ozono es un contaminante muy complejo, ya que no tiene una fuente humana directa sino que se forma en la superficie terrestre en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes denominados precursores, emitidos por el transporte (en especial los vehículos diésel), las centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata de un contaminante secundario que en verano afecta a las áreas suburbanas y rurales influenciadas por la contaminación urbana e industrial.
Se trata del contaminante atmosférico más ligado al cambio climático y que afecta a más población y extensión territorial en España. Tanto en 2020 como en 2021 sus niveles se han reducido “de forma importante”. Sin embargo, supone una interrupción de la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años ligada a la crisis del coronavirus, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y el transporte.
Los niveles de la OMS y la normativa nacional
Ecologistas en Acción toma como referencia los valores que recomienda la OMS, según los cuales el aire contaminado por ozono ha afectado en 2021 a 34,6 millones de personas en el Estado español, el 73% de su población, así como a 423.000 kilómetros cuadrados, el 84% del territorio.
En cuanto al valor establecido por la normativa española y la europea, que es más laxo que el de la OMS, apenas habría respirado aire contaminado un 3% de la población, en torno a 1,4 millones de personas y entre 8 y 10 millones de afectados menos que en años anteriores a la pandemia. Es la cifra más baja de afectados desde que en 2010 entró en vigor el objetivo legal.
Además, el estudio refleja que también se ha reducido la frecuencia de ocasiones en que se han superado los estándares de la OMS, que ha sido muy inferior a la de los años previos a la pandemia, con descensos de respectivamente el 37% y el 58% en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del Estado. También han venido acompañados de una caída drástica en las superaciones del umbral de información.
¿Cuáles son las CCAA más afectadas?
Por zonas, las más afectadas fueron la Comunidad de Madrid, el interior de Cataluña, la Comunidad Valenciana, la ciudad de Cáceres y la zona industrial de Puente Nuevo, en el norte de Córdoba. Pese a la sustancial mejora de la situación en los últimos dos años, dieciocho zonas de siete comunidades autónomas, con diez millones de habitantes, han seguido incumpliendo el objetivo legal en el trienio 2019-2021.
Ecologistas en Acción recuerda que entre 1.500 y 1.800 españoles fallecen a consecuencia de la contaminación por ozono. Aluden a datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, que precisa que las personas más afectadas son niñas y niños, mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas.
El coste de la contaminación y los protocolos
En cuanto al coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del Producto Interior Bruto (PIB) español, según el Banco Mundial. Eso sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales. Sólo los costes económicos de la menor producción de dos cultivos como trigo y tomate, por su exposición al ozono en España, se estimaron en 800 millones de euros en el año 2000, el 3,2% del PIB agrícola.
En la actualidad, pocas ciudades cuentan con protocolos de actuación frente a las puntas de contaminación por ozono, y sólo Valladolid aplica medidas de limitación del tráfico en episodios. Los planes autonómicos de calidad del aire para reducir la contaminación por ozono son obligatorios, según la legislación y el Tribunal Supremo.
No obstante, once comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Illes Balears, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunitat Valenciana, Madrid, Murcia, Navarra y País Vasco) siguen sin aprobar estos protocolos. Ecologistas en Acción ha denunciado judicialmente la inactividad de los gobiernos de Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid y Navarra, con recursos vistos para sentencia.
Fuente: Huffington Post
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