El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, reconoce que los recursos hídricos en el entorno del Parque Nacional de Doñana y tres de las cinco masas de agua subterránea (MASb) «no alcanzan el buen estado cuantitativo», pero reconoce que la situación se puede revertir con un conjunto de medidas concretas.
Un informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que depende del MAPAMA, apunta que «de mantenerse» el actual grado y modo de explotación de los recursos subterráneos en el acuífero de Doñana «comprometería su buen estado y el de los ecosistemas terrestres que de él dependen».
Además, precisa que esto se refleja en el hecho de que «tres de las cinco masas de agua subterránea (MASb) que forman el sistema «no alcanzan el buen estado cuantitativo» y varias de las zonas analizadas en el entorno alcanzan el estado de «prealerta».
El análisis, al que ha tenido acceso Europa Press, refleja también que la pluviometría actual corresponde con la de un «episodio seco ya de cierta duración» y que de los últimos años hidrológicos, tres han sido secos y dos normales, lo que supone que por quinquenios, este es «el segundo peor dato de la serie desde 1994», sólo superior al de octubre de 1995, que incluía un año normal (1990/91) y los cuatro secos de la sequía 1991/92-1194/95.
Según dicho informe, están en situación de «prealerta» las masas de agua de Villamanrique (confinado), Vera-Retuerta, Lagunas de Doñana, Sur del Arroyo de la Rocina y Arroyo de la Rocina. Mientras, los sectores con un estado piezométrico «peor que el que puede esperarse» de la pluviometría del año hidrológico son Marismas, Abalario, Zona Costera, Cabecera Sur de la Rocina, Cabecera Norte de la Rocina, Norte del Arroyo de la Rocina, Zona Norte, Ecotono Norte, Norte del Rocío, Sector Intermedio, Sector Norte y Sur de Villamanrique-acuífero libre, que están en estado de «alarma».
El análisis advierte de que estas zonas, que incluyen sectores con «grandes extracciones para el regadío, en ocasiones son elevadas en relación con los recursos disponibles y admite que esto «provoca un desequilibrio entre ambos».
En resumen, de los 16 sectores del acuífero sobre el que se asienta Doñana ninguno está fuera de riesgo, cinco se hallan en estado de ‘prealerta’, seis en ‘alerta’ y otros cinco en ‘alarma’. Asimismo, 14 de estos 16 sectores del acuífero muestran una situación peor a la que le correspondería según la lluvia caída en el último año.
RECOMENDACIONES
Sin embargo, el estudio subraya también que mediante la aplicación del Plan Hidrológico del Guadalquivir se puede «revertir esta situación», con algunas de las acciones que incluye.
Entre las medidas a acometer aconseja adquirir los derechos existentes en la finca Los Mimbrales para disminuir la presión sobre las aguas subterráneas en el Sector Sur del Arroyo de La Rocina y recomienda un nuevo trasvase de 15 hectómetros cúbicos de la demarcación del Tinto, Odiel y Piedras, que se sumaría al ya ejecutado de 4,99 hectómetros cúbicos en la parte de la cabecera del Arroyo de La Rocina que linda con la Demarcación de Tinto, Odiel y Piedras.
Asimismo, insta a incrementar la guardería fluvial, con técnicas de telecontrol y teledetección para que los aprovechamientos se ajusten a los títulos y derechos de uso del agua y revisar y cotejar los derechos de uso del agua en masas de agua subterránea con los aprovechamientos existentes.
Igualmente, recomienda realizar una importante inversión en investigación hidrogeológica y mejorar la cobertura de la red de seguimiento en las zonas peor representadas.
A este respecto, la organización conservacionista WWF, ha destacado que el documento explica el nivel en el que se encuentra el agua subterránea en distintos puntos del gran acuífero de Doñana (Unidad 05.51 Almonte-Marismas), que se extiende bajo el Parque y buena parte de los municipios del entorno.
Del mismo modo, incide en que el documento concluye que se siguen manteniendo dos grandes «conos de depresión piezométrica» (lugares donde el acuífero ha sufrido un descenso importante que afecta a la conexión con los espacios naturales) con relación a las cotas medidas en 1995. Los bajos niveles del acuífero se comparan con ese año, un «claro indicativo del enorme declive que sufre»: justo antes de 1995 se produjo una histórica sequía y los niveles siguen bajando, incluso por debajo de lo marcado en aquella fecha.
Para WWF, este informe confirma que las administraciones «no están actuando lo suficiente para frenar el imparable deterioro del acuífero que da vida a Doñana», e insiste en que «es urgente detener el continuo crecimiento de la agricultura de regadío en la zona, y clausurar las más de 3.000 hectáreas de cultivos y más de 1.000 pozos ilegales que siguen secando el futuro del humedal más importante de Europa».
A ese respecto, recuerda que «lleva años alertando sobre el dramático descenso en los niveles del acuífero que alimenta las marismas de Doñana, por el uso insostenible e ilegal del agua para la agricultura».
La tendencia se confirma en el último Informe sobre el estado del acuífero de Doñana de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG, del año hidrológico 2015-2016), que está fechado en abril de 2017. WWF critica que España no lo ha publicado hasta un día después de la reunión de Unesco en la que se discutía sobre la conservación de Doñana». Para WWF «es un hecho grave y una clara muestra de falta de transparencia con la sociedad y con Unesco».
Según WWF, el informe recoge la «inacción» de las administraciones andaluza y española, que siguen «sin actuar con urgencia y contundencia» para cerrar los cultivos y pozos ilegales», ya que han permitido que la superficie de regadío haya aumentado en la zona: 251,9 nuevas hectáreas en los últimos dos años».
Los datos del informe, continúa WWF, se suman a la preocupación de la Comisión Europea –que mantiene abierto un proceso de infracción contra España por la mala gestión del agua en la zona– y a los últimos estudios científicos que alertan sobre el riesgo de «colapso» de Doñana por la falta de agua.
Por ello, WWF solicitará en el próximo Consejo de Participación de Doñana su apoyo para que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declare «en riesgo» el acuífero, y se apliquen así las medidas que prevé la Ley de Aguas: poner fecha a las actuaciones para recuperarlo, con un plan que incluya el cierre de todos los pozos ilegales y un control más estricto sobre las extracciones de agua en la zona.
En la misma línea, SEO/BirdLife ha lamentado el «descenso alarmante» del nivel del acuífero» en Doñana a pesar de haber llovido un 25 por ciento más que el año anterior, por lo que reclama como «vital» el cierre «urgente y definitivo» de todas las explotaciones y extracciones ilegales, así como dimensionar el sector agrícola de tal manera que se asegure la conservación de este espacio declarado de interés general del Estado.
El técnico de SEO/BirdLife en Doñana Carlos Davila, la información habla por sí sola y es «más que preocupante». «Este país tiene en Doñana una oportunidad de oro para demostrar que se cree en la importancia de los parques nacionales y en la gestión adaptativa a los cambios que sufren nuestros ecosistemas», considera el experto que alerta de que de seguir «castigando» a este lugar «único en el mundo» será «su puntilla final». Finalmente, la ONG pide «mayor contundencia y urgencia en la toma de decisiones para evitar que la situación de Doñana sea irreversible», concluye.
Fuente: El Periódico
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