La Unión Europea obliga a reducir un 20% la basura generada en la ciudad antes de 2020, y a que el 50% de los residuos que llegan a Valdemingómez se reciclen. Madrid produce un kilo de basura al día por ciudadano, y sólo recupera el 27%. Una quinta parte se quema en la incineradora, y el resto acaba en el vertedero.
El 39% del contenido de las bolsas de basura es orgánico y podría tratarse para producir compost, que luego se usa como fertilizante. Pero para eso es vital que la separación se haga en los hogares. Por ello, en 2017 se iniciará la implantación del quinto contenedor (marrón) en hoteles y restaurantes de la almendra central; en dos años, se ampliará a las viviendas de tres o cuatro distritos, y en 2020 al resto de la ciudad.
Y ya se ha puesto en marcha un proyecto piloto que, además, evita el paso de llevar la basura a Valdemingómez (en riesgo serio de colmatarse en 2018).
La concejalía de Medio Ambiente ha adjudicado un contrato de 16.000 euros a la Asociación Economías BioRegionales para “un proyecto de sensibilización ambiental y agrocompostaje” que impulse un “cambio cultural” para que la ciudadanía “deje de ver los residuos como basura a eliminar y los vea como recursos que es necesario recuperar y reintegrar al ciclo económico”. Participarán, durante cinco meses, 176 hogares (que producirán unas 20 toneladas de residuos); cuatro puestos del mercado municipal de San Fernando (una tonelada) y un colegio aún por elegir (con 150 comidas al día, hasta tres toneladas).
Todos ellos trasladarán sus residuos a siete puntos de recogida (el propio colegio y el mercado, cuatro huertos urbanos o solares comunitarios, y el centro social Tabacalera). Allí los recogerán los agricultores de cuatro huertas de Paracuellos, Morata de Tajuña, Rivas y San Martín de la Vega.
La Asociación para el Impulso de las Economías BioRegionales, creada en 2015 y de ámbito estatal, ganó el concurso ante otras tres ofertas con un proyecto que sigue un modelo aplicado en Bélgica, Holanda y Austria, y con experiencias en País Vasco, Navarra y Valencia. La Concejalía de Medio Ambiente planea sumarse además a la Red de Ciudades por el Compostaje (en la que ya están Barcelona, Rivas o San Sebastián de los Reyes, entre otras).
75 kilogramos por persona
También aspira a entrar en la red europea Zero Waste, aunque eso queda aún muy lejos, puesto que obliga a reducir a 75 kilogramos al año por habitante la producción de residuos. Técnicos municipales viajaron en noviembre a Milán y a Treviso para tomar nota de cómo han logrado elevar al 65% y 85%, respectivamente, la recuperación de basura.
En Treviso y las zonas aledañas, por ejemplo, la basura se recoge puerta a puerta, pero además existe una tasa por residuos producidos. Madrid no se plantea instaurar un tributo similar, aunque sí ha creado una tasa para grandes productores de basura.
Fuente: El País
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