Las alternativas ecológicas a la iluminación tradicional, como las bombillas LED, han ganado popularidad en hogares y oficinas debido a su eficiencia y su vida útil, extremadamente larga. Sin embargo, su uso en la iluminación de edificios emblemáticos y grandes espacios públicos aún es escaso. Los principales escollos estriban en su menor intensidad y potencia de luz percibida, así como en su falta de uniformidad en superficies amplias.
Para superar estos retos se puso en marcha en enero de 2014 el proyecto financiado con fondos europeos LASSIE. En él se están desarrollando módulos de iluminación de estado sólido (SSL) innovadores, de gran superficie y bajo coste con los que obtener eficiencias elevadas y una gran calidad lumínica. La UE se propone eliminar toda fuente de luz incandescente para 2020, circunstancia que ofrece una oportunidad comercial extraordinaria en lo que se refiere a las opciones de iluminación eficientes desde el punto de vista energético.
La SSL emplea, además de diodos emisores de luz (LED) semiconductores, diodos orgánicos emisores de luz (OLED) o diodos poliméricos emisores de luz (PLED) como fuentes de iluminación en lugar de filamentos eléctricos (como los de las bombillas fluorescentes). La SSL genera menos calor y por tanto se pierde menos energía por disipación que con la iluminación incandescente. Además, la masa de un dispositivo de iluminación electrónico de estado sólido es menor y por ello ofrece más resistencia a los golpes y las vibraciones que los tubos o las bombillas con sus filamentos largos y finos. Esta clase de dispositivo de iluminación elimina el problema de la evaporación del filamento, por lo que en teoría se prolonga su vida útil.
Por todo ello, la SSL ofrece una eficiencia enorme y una alternativa más ecológica a la iluminación convencional. Es más, las bombillas LED no contienen mercurio, poseen una larga vida útil y su uso generalizado contribuiría a que Europa ahorrase una cantidad considerable de energía. De hecho, en Europa se podría reducir a la mitad, en algo más de veinte años, las emisiones de dióxido de carbono derivadas del consumo eléctrico en el caso de optar por sistemas de iluminación LED.
Durante los próximos dos años, el proyecto LASSIE, financiado por la Unión Europea con 3,15 millones de euros, ensayará nuevos módulos de iluminación en los que se integren estructuras de gestión lumínica y recubrimientos capaces de cambiar el color de la luz que contienen tintes fluorescentes orgánicos de gran eficiencia y fiabilidad. También se instalarán chips LED y sensores multiespectrales para lograr capacidades de detección inteligente del color.
El proyecto presta una atención especial a los tamaños estándar de la industria lumínica con el fin de garantizar la compatibilidad y, así, favorecer una generalización rápida de las tecnologías LED inteligentes. Como resultado se obtendrá una gama de módulos de iluminación arquitectónica viables, de bajo coste y eficientes desde el punto de vista energético que combinarán la eficiencia y la durabilidad de los LED con la flexibilidad que brindan los recubrimientos capaces de teñir la luz de distintos colores. El equipo confía en que la calidad de la luz estará a la altura de cualquier otra tecnología ya comercializada.
El proyecto LASSIE fomentará enormemente la comercialización de los LED y otras innovaciones relativas a SSL e impulsará una adopción rápida de los nuevos módulos de iluminación SSL. El proyecto finalizará en diciembre de 2016
Fuente: CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario
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