Un estudio realizado por el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia demuestra que la reforestación puede ser una medida para reducir el riesgo de inundaciones más efectiva que construir un gran embalse o que intervenir con un número elevado de diques en barrancos hasta alcanzar una capacidad de retención similar a la del gran pantano.
El estudio ha sido realizado para la rambla del Poyo, con una cuenca de aportación de 429,5 kilómetros cuadrados que vierte en la Albufera, con un gran desnivel en apenas 40 kilómetros de cauce, y que periódicamente provoca inundaciones «relámpago» en las poblaciones situadas en su difuso llano de inundación (Aldaia, Alacuás, Torrent y Catarroja).
El problema, señala Félix Francés miembro del Grupo de Investigación en Modelación Hidrológica y Ambiental y coautor del trabajo junto a Sergio Salazar, es que la reforestación «pese a ser más efectiva, es menos eficiente debido a su mayor coste».
En este sentido, añade, «la solución más apropiada siempre dependerá de cada caso», aunque la realización de este tipo de estudios con carácter previo debería ser «imprescindible» para gestionar el riesgo de inundaciones.
La investigación se apoya en nuevos conceptos que sustituyen la «lucha contra inundaciones» con la «gestión del riesgo». No existe en consecuencia una «protección total», pero si es posible incidir en algunos aspectos que pueden reducir este riesgo.
Una de esas estrategias es mejorar la retención de aguas en el territorio, controlando ,a ser posible la generación de las escorrentías que derivan, a veces, en riadas catastróficas.
Sergio Salazar y Félix Francés han adaptado un metodología que permite determinar la efectividad de diversos escenarios que en algún caso„construcción de un embalse en el término municipal de Cheste„han llegado a formar parte de la agenda de grandes obras previstas por las administraciones.
El modelo analiza qué ocurriría si la cuenca fuera reforestada y alcanzara la cobertura que aporta el pinar adulto en el máximo de superficie que puede tener vocación forestal: secano, secano-arbolado y matorral. En el caso de la rambla del Poyo, el área de aportación en la que cabría intervenir reforestando hasta alcanzar la cobertura que aporta el pinar adulto representa el 55,27% de la superficie total .
La otra opción considerada sería la construcción de diversos embalses distribuidos por los principales cauces tributarios del barranco del Poyo. El modelo contempla hasta 184 hidrotecnias que acumularían una capacidad de almacenamiento de unos 16 hectómetros cúbicos.
Finalmente se analiza la opción que estuvo sobre la mesa del Ministerio de Medio Ambiente y sobre la que se llegaron a realizar consultas en Cheste: la construcción de un embalse único de 16 hectómetros cúbicos de capacidad al que se le atribuía capacidad suficiente para retener una avenida aguas abajo.
El estudio, cuyos resultados fueron presentados recientemente en las III Jornadas sobre Ingeniería del Agua, concluye que la «efectividad» de las medidas, entendida como «la consecución del efecto deseado de reducción del riesgo de inundaciones» y aplicada a la capacidad para almacenar el agua de escorrentía, es mayor con la reforestación, sobre todo en eventos de lluvia torrencial de menor magnitud y alta frecuencia.
El análisis de de la efectividad sobre el riesgo–concluye el informe„ «ha brindado una mejor herramienta de análisis que solo sobre el caudal máximo (o peligrosidad» y en consecuencia este tipo de estudios debería de convertirse en «imprescindible» en las fases previas a la gestión del riesgo de inundaciones.
Según desveló Félix Francés las citadas jornadas con su ponencia sobre «Avances en la modelización hidrológica de la peligrosidad de inundación», en la zona inundable de la Rambla del Poyo el riesgo económico sólo por daños directos se estimó en 2006 en 7,7 millones de €/año.
La rambla del Poyo, al igual que otras como la de la Viuda, en Castelló, constituye el paradigma de los cauces mediterráneos: cortos, con grandes pendientes y con un gran potencial destructivo. Nace en la Sierra de los Bosques en Chiva, a más de mil metros de altitud y desde esa altura desemboca en la Albufera con 42 kilómetros de cauce. En su trayectoria atraviesa el Pla de Quart, donde nunca hubo un paso definido para el barranco, que tuvo que ser canalizado artificialmente en el siglo XX para conectar con el cauce del barranco de Gállego. En su tramo final, antes de atravesar Torrent y Catarroja, recibe aportaciones de otros barrancos responsables de inundaciones en Aldaia y Alacuás. En las últimas décadas se han ejecutado encauzamientos en la cuenca baja de la rambla, aunque nunca se ha actuado en cabecera. Un proyecto de presa fue descartado por las protestas del municipio de Cheste y el Gobierno central renunció a expropiar 6 millones de metros cuadrados para la creación de balsas de inundación por su elevado coste.
Fuente: http://www.levante-emv.com
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