2017 se inicia como un año “positivo” en cuanto a evolución económica se refiere. Es el primer año desde el 2012 que el IPC se sitúa por encima del 1%, y todos los indicios marcan que esta evolución seguirá siendo creciente en los próximos años.
Durante el último año, además, se ha registrado un incremento de los precios del metro cuadrado de suelo urbano, así como de las transacciones inmobiliarias, consecuencia directa de la “salida de la crisis”, “apertura de grifo” de los bancos en cuanto a crédito se refiere, y de la mayor fluidez económica.
Las grandes estrellas en este sector son las SOCIMI (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria). Para ellas este año, se prevé como uno de los de mayor actividad, teniendo a su alcance nuevas y numerosas oportunidades de negocio, cuya materialización se llevará a cabo a través de la adquisición de grandes activos inmobiliarios. Actualmente el mercado inmobiliario cuenta con una amplia cartera de activos, debido a la baja actividad sufrida en los últimos años.
Para evaluar la idoneidad de estas transacciones, las SOCIMI habitualmente acuden a profesionales del sector que realizan un amplio estudio de costes-beneficios que cada uno de los activos pueden presentar. En base a los mismos, las SOCIMI toman decisiones sobre las inversiones a realizar, o sobre los posibles ajustes de precio que pueden solicitar a los actuales propietarios por los posibles riesgos o deficiencias que puede presentar un inmueble.
Esta evaluación se lleva a cabo a través de la investigación o informes Due Diligence. Estos estudios permiten al inversor conocer los riesgos o carencias que tiene un inmueble determinado de forma previa a la firma del contrato de compra-venta.
Los informes Due Diligence no están recogidos en ningún texto normativo, ni son de obligado cumplimiento para el comprador. Sin embargo, sí se trata de una de las herramientas más efectivas, simples y económicas que puede realizar un gran inversor inmobiliario a la hora de ampliar su cartera de inmuebles de una manera económicamente fructuosa.
Desde hace tiempo se vienen realizando este tipo de informes, pero no ha sido hasta ahora, con la actual situación económica favorecedora para este tipo de transacciones, cuando la demanda de profesionales con conocimientos sobre la materia se ha visto incrementada.
En concreto, uno de los informes Due Diligence que destaca, es el Ambiental, en el que se evalúan aspectos tales como puntos y fuentes de riesgo ambiental que existen en un gran activo inmobiliario, normativa de aplicación en función de la situación, actividad de la instalación, aspectos que pueden suponer una limitación importante en los usos y actividades previstas, etc.
El perfil profesional de las personas que pueden realizar este tipo de evaluaciones, en concreto las Due Diligence Ambientales, parte de un profundo conocimiento en materia ambiental en general, así como de la normativa de aplicación, y de los puntos clave de un inmueble que pueden suponer deficiencias ambientales.
Gracias a la recuperación económica en general y a la inmobiliaria en particular, se abre por tanto una nueva oportunidad para los profesionales ambientales en el sector, que ven ampliadas sus capacidades laborales con la realización de este tipo de investigaciones.
Para formar a futuros profesionales en este campo, el Instituto Superior del Medio Ambiente ha desarrollado con Natalia González el curso Elaboración de informes Due Diligence ambiental para activos inmobiliarios.
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