Recientemente, se ha comenzado a utilizar el término “impactwashing” para referirse a aquellas empresas que sólo comunican el impacto positivo que generan. Sin embargo, como el conocido “lavado de imagen verde” o “greenwashing”, los grupos de interés están ahí para desmontar la impostura.
¿Es mejor comunicar lo positivo y lo negativo, mostrando paralelamente los esfuerzos que se están realizando y enumerando las acciones que se van a poner en marcha para corregir lo negativo, o bien, comunicar sólo lo positivo? La primera opción es mejor. La integridad, la coherencia y la búsqueda de la excelencia siempre estarán por encima de la apariencia. Cuesta ganarse la confianza y sin embargo, no cuesta nada perderla.
¿Qué claves debería tener en cuenta mi empresa para integrar adecuadamente la sostenibilidad en el marco de la Agenda 2030?
- Identificar el propósito: identificar la visión, misión, objetivos, metas y valores. De este modo, podré ir focalizando las acciones. Debo ser fiel a mi visión y mi misión y debo priorizar mis objetivos. Los valores me servirán para detectar cuáles son mis líneas rojas; qué es lo que no estoy dispuesto a aceptar porque va contra mis valores.
- Considerar a los grupos de interés: una empresa es un sistema abierto. Sistema porque cuenta con una serie de elementos y procesos que interactúan entre sí y abierto, porque está en relación con su entorno. Ya no sólo importa lo que puedan pensar o esperar los accionistas, la dirección de la empresa o el personal. Hay más grupos que influyen en la buena o mala marcha de nuestra actividad y que también se ven influidos por nuestra actividad. Se deben conocer sus necesidades y expectativas y darles respuesta.
- Conocer las entradas, los procesos y las salidas: para poder tener un esquema mental de los impactos que podemos estar generando, debemos conocer qué recursos y/o materias primadas estoy utilizando del medio para generar mi producto y/o servicio, qué procesos se están dando dentro de la empresa y cómo los estamos realizando y qué estamos expulsando hacia fuera. La internalización de los costes ambientales, por ejemplo.
- Identificar los impactos positivos y negativos que genera: conocidas las entradas, salidas y procesos, además de otras variables sociales y económicas, podremos saber con mayor facilidad qué impactos positivos estamos generando y cuáles son los negativos. Estos últimos deberán corregirse a través de nuestro plan.
- Identificar los asuntos relevantes: la actividad de cualquier empresa, desde el punto de vista de la sostenibilidad, se podría describir a través de una serie de variables sociales, económicas y ambientales. Muchas comunes a todas las empresas y otras específicas en función de la actividad de la empresa. Se deberán conocer cuáles son los asuntos relevantes que afectar a una empresa determinada.
- Centrarse en los aspectos materiales: dentro de los asuntos relevantes, y considerando todo lo anterior además de las necesidades y expectativas de los grupos de interés, deberán identificarse cuáles son los aspectos materiales de la empresa. Es decir, los más importantes. Las acciones que determinemos para nuestro plan de acción ODS deberán orientarse y priorizarse de tal modo que se dé respuesta a esos aspectos materiales. Se deberá actuar sobre “el corazón de la empresa”. De este modo, se genera un impacto mayor y más verdadero.
- Identificar acciones que contribuyen a las metas ODS: se debe evitar caer en el mensaje superficial de afirmar que una empresa está contribuyendo a un ODS porque la acción va relacionada con el título de ODS. Se debe buscar una mayor precisión y realizar una verdadera contribución. Para ello, se deberá analizar si efectivamente la acción identificada contribuye a alguna de las 168 metas que se componen los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Asociar indicadores ODS a las acciones: igualmente, a cada acción se le deberán asignar una serie de indicadores. Se deberán considerar los indicadores oficiales ODS mundiales y los indicadores INE y aterrizar los mismos al contexto empresarial.
- Medir los progresos y entrar en ciclos de mejora continua: como ya se señaló en una entrada anterior, lo que no se mide, no se puede mejorar. Una vez puesto en marcha nuestro plan de acción ODS se deberán medir los progresos e ir realizando las actualizaciones necesarias para poder entrar en ciclos de mejora continua.
- Trabajar las alianzas: dado que de entrada, existen una serie de grupos de interés, internos y externos a la empresa, y añadiendo a esto que en el marco de la Agenda 2030, el ODS 17 busca consolidar las ALIANZAS PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE, la generación de las mismas es una vía de trabajo paralela que se tendrá que ir cultivando.
Paz Hernandez Pacheco, autora de este post, es docente en el ISM del curso Diseño de planes de acción ODS para las empresas.
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