En mi interés y preocupación por el medio ambiente, y más en el ámbito de los residuos, no deja de llamarme la atención que sea cada vez más común el uso de envases en la mayoría de productos puestos en el mercado que desde mi punto de vista son innecesarios.
Ahora mismo, puedes encontrar en los supermercados bolsas de magdalenas o croisants en las que además de la bolsa general, cada uno de los productos está envasado individualmente. Igual sucede con el pan de molde, que además del envase general, dentro hay otro envase de plástico que envuelve la totalidad de las rebanadas.
En los productos cosméticos en muchas ocasiones nos encontramos con la misma tendencia. Tenemos la crema hidratante facial, que se encuentra precintada con un plástico, que a su vez está metida dentro de una caja que a su vez está envuelta en un plástico.
Todo esto podría tener sentido si tenemos en cuenta que el envasado de los productos está pensado para su adecuada protección, distribución, almacenaje y transporte. Habría que analizar cada caso en concreto y valorar si realmente los beneficios de ese sobreenvasado son reales para la conservación y distribución del producto o si es por una mera cuestión de marketing.
Sin embargo, hay un envasado que cada vez es más frecuente e innecesario y es el de las frutas y verduras. En los últimos tiempos se está haciendo un uso abusivo de envases de plástico para comercializar estos alimentos que podrían seguirse vendiendo a granel sin perjudicar su distribución, almacenaje o conservación. De hecho estos alimentos no van a durar más, ni son mejores por presentarse de esa manera al consumidor. Lo único que generan es un residuo de envase innecesario que hay que gestionar y que conlleva un coste económico y ambiental que a la hora de comprar estos productos deberíamos plantearnos.
En este sentido se ha puesto en marcha la campaña en redes sociales #DesnudaLaFruta. En el mes de febrero, Isabel Vicente, ingeniera técnica agrícola y ambientóloga lanzó en su blog La hipótesis Gaia este movimiento con el que pretendía denunciar el abuso del plástico en la venta de algunos alimentos.
Así, tras unos meses en los que esta campaña ha tenido un gran seguimiento y apoyo por parte de usuarios particulares (entre los que me incluyo), Greenpeace ha unido sus fuerzas para lograr un objetivo común: que los supermercados eliminen los plásticos de un solo uso de nuestra comida.
Desde aquí os invito a que conozcáis la iniciativa y os suméis a ella. Tal y como dice Isa en su blog, me permito utilizarlo aquí, pues suscribo palabra por palabra y espero que no le moleste):
Soñemos que entre todos cambiamos algo y, dentro de un tiempo podremos decir: yo también formé parte de ese cambio.
No te quedes fuera, participa. Esto solo lo conseguiremos entre todos.
María Álvarez es la tutora del curso de Gestión de Residuos Urbanos en el que se analizan y se proporcionan las líneas estratégicas que han de posibilitar la gestión operativa de los residuos urbanos.
Estimados
Estoy en un proyecto para suplantar el modelo internacional de bonos de carbono. Me interesaria escuchar ideas y sugerencias.
Desde ya, muchas gracias.
hola, ¿como estas?
me pareció muy interesante el blog es muy cierto lo que dices el uso de bolsas el la mayoría de cosas es muy innecesarias,se debe promover mas el uso de bolsas re-utilizables como son las de tela, aquí en Colombia desde el año 2017, empezaron a cobrar un impuesto por el uso de las bolsas, pero eso no es una solución, la solución es eliminar el uso de esas bolsas no volverlas a producir, prohibir a las empresas seguir haciendo ese tipo de bolsas