El inicio de la pandemia ha marcado un antes y un después dentro del sector del Turismo. Los desplazamientos se han limitado al ámbito nacional con un aumento significativo de personas en zonas rurales.
Sabiendo que esta situación apunta a que podría alargarse unos cuantos años, es momento de reinventarse, seguir manteniendo las medidas anti-COVID e implementar modelos de sostenibilidad.
La búsqueda de alojamiento en un entorno natural que permita al turista llevarse una experiencia para el recuerdo, parece ser una apuesta segura para atraer a nuevos clientes. Esto, unido al compromiso de llevar a cabo buenas prácticas medioambientales nos lleva a hablar de los ecolodges.
Pero, ¿Qué es un ecolodge? es un alojamiento de bajo impacto ubicado en medio de la naturaleza, que genera beneficios a la comunidad local y promueve la educación cultural y sobre todo, la educación ambiental.
Países como Kenia o Costa Rica son destinos visitados por los ecoturistas que viajan hasta allí para vivir una experiencia única. Estos ecolodges se encuentran en Reservas Naturales, como el de Chachagua Rainforest Hotel & Ecolodge en Costa Rica, muy cerca de la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde, o el de Mahali Mzuri en Kenia, al norte de la Reserva Nacional Maasai Mara.
En España los ecolodges no son tan conocidos, sin embargo, tenemos unos cuantos repartidos por nuestro país. Podríamos destacar el Ecolodge Cabañeros (pionero en España), situado en el Parque Nacional de Cabañeros, en Castilla – La Mancha. Sus cabañas se encuentran en una ladera a 800 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo unas vistas espectaculares desde el interior del bosque. Además, fomentan actividades ecoturísticas para conocer el bosque mediterráneo mejor conservado de Europa.
Destacar también las Cabañas en los Árboles, un ecolodge ubicado en Bizkaia, País Vasco. En este lugar nos ofrecen la posibilidad de “pernoctar en un nido”, entre las ramas de un robusto árbol en medio del bosque. Todo ello unido a su propuesta de turismo responsable, ecológico y sostenible (decálogo de buenas prácticas sostenibles a la vista del ecoturista en su página web).
Otro ecolodge interesante podría ser Cabanyes entre Valls en Girona, Cataluña, donde combinan el diseño, la comodidad y los valores ecológicos. El ecoturista estará rodeado por un bosque singular de encinas y hayas centenarias, con vistas desde las cabañas al Vall de Bianya. La experiencia también incluye rutas de senderismo según nivel de dificultad, rutas a caballo o volar en globo.
Como hemos podido ver, los ecolodges pueden ser una gran oportunidad ante un futuro tan incierto para el sector. Estudiar mejores prácticas sostenibles, seguir manteniendo unas medidas de seguridad adecuadas y ofrecer experiencias inolvidables al nuevo ecoturísta deben ser una prioridad de ahora en adelante.
Laura Calvo, profesional del Turismo especializada en Ecoturismo por el Instituto Superior de Medio Ambiente, es asesora de viajes y diseña experiencias turísticas para el viajero en la weblog www.dondefinalizaelnorte.com
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