El “Hacking” o crianza campestre es una técnica cada vez más implementada en nuestro país. Consiste en colocar varios pollos de la especie que queramos reintroducir en un nido artificial, con una determinada edad, en la cual ya han desarrollado una impronta con sus congéneres y puedan alimentarse por sí mismos y regular su temperatura. Es muy importante que durante su estancia en la caja nido reciban el menor contacto con el ser humano posible, debiendo de ser alimentados por un canal habilitado para ello y realizando seguimiento a través de cristales espía o webcams.

Se utiliza en varias especies de aves, siendo las rapaces las estrellas de estos proyectos, como el Cernícalo primilla (Falco naumanni ) o la Lechuza común (Tyto alba), aves que se encuentran amenazadas y asumen con bastante éxito esta técnica.

La Dama de la Noche recupera su hábitat

Lechuza común (Tyto alba) Fuente: Pixabay

La Lechuza común ha sido nombrada por SEO/Birdlife (Sociedad Española de Ornitología) como Ave del Año 2018, elegida por votación popular. El cambio de usos agrícolas, la disminución del alimento debido al uso de plaguicidas y la modificación de las construcciones rurales está llevando a la Lechuza a una situación límite, llegando su declive en algunas zonas de España al 50%.

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La realización de un hacking puede ser una buena opción para repoblar algunas zonas donde la lechuza era común, identificando previamente zonas optimas para su desarrollo.

Unas de esas zonas es la Vega de Almería, donde técnicos del CEOCUAL (Centro de Colecciones de la Universidad de Almería)  y de la SERBAL (Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense)  han determinado que esta zona puede albergar una buena población de lechuza ya que hay posibles puntos de nidificación y bastante alimento disponible.  Uno de los estudios que ha fundamentado este proyecto es el SEMICE (Seguimiento de Micromamíferos Comunes de España), un estudio de ciencia ciudadana que se realiza con voluntarios de toda España coordinando por el Museo de Ciencias Naturales de Granollers y la SECEM (Sociedad Española para el Conservación y el Estudio de los Mamíferos) y que tiene diferentes coordinadores en cada provincia donde se realiza.

Ratón moruno capturado en la Ribera de la Algaida, Almería del Proyecto SEMICE. Fuente: SERBAL Almería

Junto con el apoyo de GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) y la Reserva Zoológica Oasys MiniHollywood que aportan los pollos de lechuza y la comida respectivamente han hecho posible la realización de un nuevo hacking de lechuza en la Universidad de Almería.

La caja nido ha sido construida por voluntarios, y serán ellos mismos los que alimenten a los pollos durante las jornadas de verano coordinados por SERBAL. Los pollos de Lechuza común pueden llegar a ingerir 3- 4 ratones al día, debiendo reducir la cantidad una vez que puedan volar para que sientan la necesidad de cazar. Con esto estos se puede dar por constatado la eficacia que tienen las rapaces nocturnas como controladores de plagas. Un servicio ecosistémico que beneficia al ser humano y que se debería fomentar como alternativa a los plaguicidas y raticidas tradicionales.

Pollos de lechuza criados según la técnica de "Hacking". Fuente: GREFA

En la web de SERBAL se pueden seguir los avances de los polluelos de lechuza y aprender más sobre esta técnica que puede devolver de nuevo a su hábitat a la Dama de la Noche.

Si te interesa esta temática en el Instituto Superior del Medio Ambiente tienen formación especializada sobre Técnicas y Metodologías de Seguimiento de Avifauna.