“Conversar para conservar”; este juego de palabras es en mi opinión la frase que mejor define los objetivos principales de la custodia del territorio.

Esta consigna fue el lema adoptado en el Primer Congreso Chileno de Conservación Privada, en 2003. La propuso Alberto Tacón para darle una vuelta a un argumento que se usaba en los 80 en España para descalificar a los denominados “ecologistas de salón”, que supuestamente se pasaban conversando de los problemas ambientales en lugar de enfrentarlos.

Ahora tiene otro sentido, si no nos sentamos a conversar los diferentes actores del territorio es muy difícil, por no decir imposible, avanzar en temas de conservación.

Custodia del Territorio

De una manera más formal podríamos decir que la custodia es una herramienta de gestión del territorio que surge con el objetivo de colaborar con otras herramientas de gestión ya existentes en la conservación de la biodiversidad, el patrimonio cultural o el paisaje.

Este sistema de gestión del territorio cuenta, básicamente, con dos actores principales: los propietarios de los terrenos (que pueden ser privados o públicos) y las denominadas Entidades de Custodia del Territorio (organizaciones sin ánimo de lucro con conocimientos técnicos en materia ambiental).

Entre estas dos partes se constituye el denominado Acuerdo de Custodia del Territorio, un pacto voluntario entre los dos actores que establece una serie de compromisos con el fin de mejorar o conservar el medio natural del terreno o parte del terreno del propietario.

Existen numerosos ejemplos de actuaciones de custodia en nuestro país. Un ejemplo singular que he tenido la suerte de seguir desde sus inicios es el Acuerdo de custodia del territorio firmado entre Miel OuturelosJaime Peña y la Asociación de Ciencias Ambientales.

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El objetivo de este acuerdo es favorecer la protección, restauración y conservación de la biodiversidad, el patrimonio natural y el patrimonio cultural a través del apoyo realizado por las partes para la recuperación y puesta en funcionamiento de una explotación melífera tradicional en el cortín de “El Somo” en Asturias. En definitiva, para promover la apicultura tradicional asturiana.


Roberto Ruiz colabora con el Instituto Superior del Medio Ambiente como docente del curso Custodia del Territorio donde se profundiza en esta materia.