El turismo es una actividad de servicios que debe atender y dar respuesta a las demandas y expectativas de los turistas. Situación cada vez más compleja en un mercado globalizado, altamente competitivo y que vuela. Como dice el profesor Moisés Simancas, Cátedra de Turismo de la Universidad de La Laguna (España), “el turismo es un elefante que antes caminaba y ahora tiene que correr”. Esto es, correr para adaptarse a lo que demanda el turista de nuevo perfil y a las últimas tendencias del mercado.
Esto lleva a generar nuevos productos turísticos como factor de mejora de la competitividad y calidad del servicio. Es un camino nada fácil, por cuanto, como indica Sobejano (2016) el fracaso de muchos servicios y/o productos en el mercado “Suelen ser empresas que trabajan un desarrollo de productos y servicios desde el despacho”, creando primero ese producto o servicio y luego tratando de llevarlos al mercado (lo que se llama estrategia push)”. Siguiendo a Sobejano (2016) deseo remarcar lo que plantea Dave McClure “Los clientes no se preocupan por tu solución, se preocupan por sus problemas”.
Llegados a este punto cabe preguntarse cómo detectar nuevas oportunidades de productos turísticos, que atiendan a las nuevas demandas y tendencias del mercado y que permitan diferenciarnos. Ciertamente las opciones son múltiples, pero destacamos las siguientes:
1. Escuchar y hablar con los turistas
Si prestamos algún servicio turístico es pertinente atender las quejas y sugerencias de nuestros clientes. Con esta información, podremos encontrar oportunidades para desarrollar productos y servicios más personalizados e identificar y superar los problemas más comunes.
La base de la creación y aprovechamiento de un nicho de clientes es identificar un grupo de clientes cuyas necesidades sólo se encuentran parcialmente resueltas, es decir, que aunque pueden cubrir la base de su problema no están contentos con cómo se atienden sus necesidades concretas. De forma similar existen clientes que consideran que la actual oferta del mercado es “excesiva” para lo que ellos necesitan, y serían más felices con una oferta más barata pero con mejores precios.
Por ejemplo, el turismo de aventura esta evolucionado de paquetes generalistas a hechos a la medida. La única forma de saberlo es hablar, hablar y escuchar muy bien al cliente, interpretar qué es lo que necesita y hacer un traje a medida de actividades de las turismo.
2. Estar atentos a las tendencias del mercado
Esto es, estar presente en la actividad turística que desarrollamos. Periódicamente aparecen nuevos segmentos de clientes, ya sea porque hay cambios demográficos (incremento de población mayor, nuevas clases sociales…etc) o simplemente porque un segmento que no era representativo se convierte en importante (segmentos sin acceso a determinados productos que han visto mejorar mucho su situación económica en los últimos años)… y el reconocer su existencia y analizar sus necesidades suele ser un buen punto de partida para nuevos productos.
Por ejemplo, un hotel temático en deportes de acción como el surf de la mano de grandes firmas de ropa y material deportivo, para hacer más placentera la estancia de sus visitantes atiende a un segmento específico: http://www.lacasadelcamino.com/index.php
3. Pensar tecnológicamente
El turismo es información, de ahí que las tecnologías asociadas a la comunicación son una herramienta imprescindible en el mercado turístico del presente y del futuro. Haciendo un buen análisis encontraremos decenas de oportunidades.
Por ejemplo, las aplicaciones para smartphones orientadas al turismo están en pleno crecimiento permitiendo contratar vuelos aéreos o hacer reservas en hoteles en tres clicks, realizar determinados recorridos con guías virtuales por los principales atractivos turísticos o por los mejores restaurantes típicos de un destino, o simplemente brindando información sobre un lugar de interés, tradiciones, costumbres, etc..
Aquí bien vale la pregunta: Si tuvieras la tecnología para hacerlo, ¿qué cambiarías de tu producto? o en caso contrario ¿qué ofrecerías como producto o servicio turístico?
4. Detectar aspectos mejorables
Tanto sí desarrollamos una actividad turística o no, podemos detectar en el mercado procesos que no se están resolviendo de forma eficiente, por ende generando descontento en los turistas. Analizando, desde tu propia experiencia, podrás detectar deficiencias que permitirán disminuir el nivel de frustración de los turistas y que posiblemente estarán dispuestos a pagar por ello.
Por ejemplo, existen muchos tours que implican recorridos durante el día, pero son pocos los que aprovechan el deseo que tienen los turistas por continuar sus recorridos en la noche. Tours nocturnos que impliquen recorridos por los principales atractivos históricos o culturales del destino (por ejemplo, por los principales monumentos, iglesias y parques), dentro de un determinado lugar de interés (por ejemplo, dentro del zoológico o del cementerio), o por las principales discotecas y/o bares de la ciudad.
5. Viajar, observar y escuchar. Luego, analizar.
Viajar es una buena oportunidad para conocer nuevos productos y/o servicios en otro país, y detectar aquellos que tienen éxito y puedan funcionar en tu mercado, permitiéndote vivir la experiencia de contrastar tus ideas latentes en otros contextos, culturas, …
Habiendo leído los diferentes tópicos seguro que surgen ideas potenciales de productos. Pero cuidado son solo ideas, hay que filtrar aquellas más idóneas que coincidan con las necesidades de los turistas, sean tecnológicamente factibles y que con una estrategia viable de negocios pueden convertirse en un nuevo valor para el turista a quien va dirigido. Aquí cabe bien la premisa para que tenga éxito, debe responder a una necesidad del turista.
En el próximo post analizaremos el modelo «DesignThinking” que nos ayudara a distinguir y valorar la viabilidad de las ideas potenciales detectadas. De momento, infórmate, habla con amigos, contacta con expertos, … para perfilar las ideas.
Fuente
Sobejano, J. (2016). Quiero desarrollar un producto, por donde empiezo?. Consultado 4/5/2016. http://goo.gl/rRVn49
Gonzalo de la Fuente colabora con el Instituto Superior del Medio Ambiente como docente de los cursos: Turismo y desarrollo sostenible, Ecoturismo: Diseño y comercialización de productos y Paisaje e intervención ambiental
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