El Rey Felipe VI presidirá hoy martes en el Senado la celebración del primer centenario de la designación de los dos primeros Parques Nacionales de España, el de Picos de Europa y el de Ordesa y Monte Perdido, una iniciativa que ha llevado a la protección en estos cien años de un total de 15 enclaves naturales en todo el país, que suponen el 0,76 por ciento del territorio nacional.
En el acto, que se celebrará en el antiguo salón de sesiones de la Cámara Alta, intervendrá asimismo la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. También asistirán el presidente del Senado, Pio García Escudero; la presidenta del Congreso, Ana Pastor, así como los presidentes de las comunidades autónomas que gozan en su territorio de estos enclaves protegidos, como son Asturias, Javier Fernández; de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; de Aragón, Francisco Javier Lambán, y de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
España fue el primer país en el mundo que contó con una Ley de Parques Nacionales, que fue aprobada el 8 de diciembre de 1916 y sancionada por Alfonso XIII. El texto cuenta con apenas tres artículos. El primero, por el que se crea la figura de los Parques Nacionales.
El segundo artículo define que son Parques Nacionales aquellos sitios o parajes «excepcionalmente pintorescos», forestales o agrestes del territorio nacional, que el Estado consagra declarándoles tales con el «exclusivo objeto» de favorecer su acceso por vías de comunicación adecuadas y de «respetar y hacer que se respete la belleza natural de sus paisajes, la riqueza de su fauna y de su flor y las particularidades geológicas e hidrológicas que encierren, evitando de este modo con la mayor eficacia todo acto de destrucción, deterioro o desfiguración por la mano del hombre.
Con esta breve ley, España se colocó a la cabeza de Europa en la protección de la naturaleza. Dos años después, en 1918 se declararon los primeros, el de la Montaña de Covadonga, que es en la actualidad de Picos de Europa, y el de Ordesa.
Así se mantuvo la Red de Parques Nacionales hasta 1954, cuando en pocos meses se declararon los de el Teide y Caldera de Taburiente; y en 1955, el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici.
Posteriormente, en 1957, se derogó la ley de 1916 y entró en vigor la nueva Ley de Montes que incluyó en su articulado lo referente a los parques nacionales.
Según el Ministerio de Transición Ecológica, la nueva ley marcó un «cambio sustancial» en el planteamiento legislativo de la protección ambiental. Así, con la norma los factores ecológicos adquirieron mayor importancia a la hora de declarar nuevos parques frente a los históricos o paisajísticos. Los siguientes enclaves en ser declarados fueron Doñana, en 1969, y Las Tablas de Daimiel, en 1973.
Un año después llegó el turno del Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote, y en 1975 se aprobó otra ley, la de Espacios Naturales Protegidos, que ampliaba a tres nuevas figuras de protección de espacios, además de la de el Parque Nacional.
De este modo, se reclasificaron varios parques y se ampliaron tanto el de Doñana como el de Ordesa y Monte Perdido. Ya en los años 80 tuvo lugar la declaración del Parque Nacional de Garajonay, con el fin de proteger la laurisilva, una vegetación relicta de la Era Terciaria.
Tras la aprobación de otras modificaciones legislativas en 1989, dos años después, en 1991 se designó el Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera. En 1995 llegó el turno de ampliar el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga que se convirtió en el de Picos de Europa. Pocos meses después llegó la ocasión de declarar Cabañeros, que representa el sistema de bosque mediterráneo.
Precisamente, ese mismo año, en 1995 una sentencia del Tribunal Constitucional anuló una disposición adicional de la Ley 4/89, que atribuía la gestión al Estado de manera exclusiva y sentenció que la gestión correspondía a las comunidades autónomas en cuyo territorio se ubicase alguno de estos enclaves naturales.
De nuevo, en enero de 1999 la Red de Parques acogió la declaración del de Sierra Nevada y en julio de 2002, el Parque Nacional marítimo-terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia.
En el año 2007, con una nueva Ley de Parques fue declarado el de Monfragüe y, por último, en junio de 2013 se designó el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Un año después las Cortes generales publicaron después de dos años de tramitación en la que participaron ONG entidades, comunidades autónomas y diferentes órganos de la administración, la nueva Ley 30/2014 de Parques Nacionales.
En la actualidad, España cuenta con más de 2.000 espacios protegidos que cuentan con algún tipo de protección, lo que representa el 30 por ciento de la superficie nacional. De este territorio, los 15 parques Nacionales suponen el 0,76 por ciento del territorio nacional y cuentan con su propia ley declarativa.
La Ley de Parques Nacionales establece que está prohibido en estos enclaves la pesca deportiva y recreativa, la caza deportiva y comercial, la tala con fines comerciales, así como la imposibilidad general de urbanización y edificación, excepto en los núcleos urbanos ya existentes en Monfragüe y Picos de Europa.
Fuente: Ecodiario
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