La Comisión Europea (CE) ha anunciado una revisión legislativa para mejorar el acceso y los estándares de calidad del agua potable en la Unión Europea con el objetivo de aportar a los ciudadanos más información y reducir el uso de envases de plástico.
El agua corriente es segura “casi al 100 %” en los países de la Unión Europea (UE), pero todavía hay 23 millones de ciudadanos comunitarios que no tienen acceso a redes de suministro de agua potable, explicó el vicepresidente primero de la CE, Fans Timmermans.
Agua potable
El Ejecutivo comunitario plantea en su propuesta que los Estados miembros mejoren el acceso para todas las personas, especialmente en el caso de los grupos vulnerables y marginados, que actualmente tienen dificultades para disponer de agua potable.
Esto se traduciría en instalar “el material necesario para ofrecer agua potable en los espacios públicos, lanzar campañas para informar a los ciudadanos sobre la calidad del agua y animar a administraciones y edificios públicos a que ofrezcan acceso a agua potable”, agregó la CE.
Esa revisión de la legislación europea emana de una campaña ciudadana que ha reunido 1,6 millones de firmas en apoyo de mejorar el acceso al agua potable, un derecho “básico” y uno de los principios del pilar europeo de derechos sociales aprobado por unanimidad por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la Cumbre de Gotemburgo del pasado noviembre.
La propuesta aboga por actualizar la lista de criterios para determinar la seguridad del agua, como la legionela y el clorato, con nuevas inclusiones de bacterias o residuos industriales que “tienen en cuenta el conocimiento científico más reciente y en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud”, señaló la CE.
Además, la iniciativa pretende “fortalecer” a los consumidores, velando por que los distribuidores de agua les ofrezcan información más clara con relación al consumo, el análisis de costes y el precio por litro, de forma que sea posible realizar una comparación con el precio del agua embotellada.
“No queremos imponer nada a los consumidores. Toman sus propias decisiones. Pero nuestra tarea es asegurarnos de que disponen de la información adecuada”, declaró Timmermans.
La Comisión Europea destacó que solo el 20 % de los europeos considera “aceptable” beber agua corriente fuera de su país de origen.
Por su parte, el comisario europeo de Medioambiente, Karmenu Vella, dijo que el objetivo de la CE “no es comparar la calidad del agua de unos Estados miembros con otros, sino entre las diferentes regiones en un mismo país” ya que Bruselas ha detectado que existen “diferencias”.
“Lo que estamos haciendo es obligar a los Estados miembros pero dándoles flexibilidad” para que“mejoren el acceso al agua para todos, que garanticen que los grupos marginados acceden al agua y que informen a la Comisión de las medidas adoptadas”, indicó.
“La gente tiene que tener confianza plena en que el agua que utilizan para beber, cocinar o preparar té es perfectamente segura” pues un litro de agua cuesta de media 0,002 euros en la UE y si los ciudadanos “confían más” en el suministro de agua frente al agua embotellada se podrían ahorrar 600 millones de euros al año, dijo.
El Ejecutivo comunitario aspira también con esta revisión legislativa a contribuir a los objetivos de la Unión Europea en materia de reducción de plásticos, como parte de una estrategia para que en 2030 todos los envases de ese material producidos en la UE en 2030 estén diseñados para que puedan ser reciclados o reutilizados.
Fuente: Efeverde
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