El catálogo de animales y plantas que no se podrán poseer, transportar o comerciar en territorio español, tanto vivas como muertas, crece con 21 nuevas especies exóticas invasoras, entre las que destacan dañinos lagartos y galápagos tanto para el medio ambiente como para la economía.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) ha informado al Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA) de estas nuevas incorporaciones al catálogo, que suponen la primera ampliación desde que fue aprobado en agosto de 2013. Con esta extensión, el catálogo regulará 202 especies invasoras frente a las 181 actuales.
Entre las incorporaciones estarán un anfibio, la rana de árbol coronada; seis especies de mamíferos: el cerdo vietnamita, la jineta manchada, la mangosta esbelta negra, el pangolín arborícola, el petauro del azúcar, y el féneco zorro del desierto. Y catorce reptiles: el lagarto-alicante terrestre, el lagarto-alicante labios rojos, dos tipos de lagarto-alicante arborícola, el lagarto-alicante de bromelia, el caimán de anteojos, el xenosaurio mayor, el varano de sabana, la pitón real, la tortuga de la península, el lagarto caimán, la tortuga almizclera chopontil, la tortuga matamata, y la tortuga terrestre de patas amarillas.
Además, el Ministerio presentó al CAMA la estrategia para acabar con una de las especies invasoras más dañinas, el avispón asiático, que ha puesto en un brete la supervivencia de la abeja común en territorio español, de la que es un depredador voraz. El secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, dijo que ambas iniciativas son positivas pero que el Gobierno tiene que «anticipase y correr más» para poner freno a estas especies que causan pérdidas anuales de 12.000 millones de euros a la economía de la EU, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Asunción Ruiz, directora de SEO/BirdLife añadió que «hacen falta más herramientas para perseguir delitos que son visibles por Internet», como es el caso de la compraventa online de mascotas incluidas en el catálogo de invasoras. Precisamente porque las invasoras introducidas de forma artificial, accidental o voluntariamente suponen la primera amenaza para la biodiversidad en territorios insulares y la segunda en continentales, las dos citadas ONG coinciden en que el Ministerio debe ser «menos laxo» a la hora de permitir excepcionalidades para algunas de estas especies o «más activo» en desarrollar estrategias para acabar con ellas.
Del Olmo citó, por ejemplo, el caso del visón americano, cuyos criaderos para la industria peletera se están prohibiendo en todo el Norte de Europa debido a que es una especie que acaba liquidando a la local, el visón europeo. Debido a esas prohibiciones, los ecologistas observar con temor los intentos de la industria peletera por «deslocalizar sus impactantes criaderos a lugares como España», donde el visón americano está incluido en el catálogo de invasoras pero con la excepcionalidad de que pueden instalarse granjas en aquellas provincias donde no exista visón europeo.
Otras exóticas, como el cangrejo americano o la trucha arcoiris, cuentan también con excepciones, introducidas al catálogo mediante disposiciones adicionales o transitorias, que permiten criarlas en piscifactorías en los ríos, y, en el caso de la trucha, hasta liberar ejemplares estériles. «El impacto de estas especies es brutal para la ganadería, la agricultura o la pesca, y para la población», los galápagos invasores transmiten enfermedades como la salmonelosis, concluyó Del Olmo, quien reivindicó que tanto Comunidades como Ministerio compartan más información sobre avistamientos y actúen «con más celeridad ante la gravedad del problema».
Fuente: http://www.20minutos.es/
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